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La Brújula

Hablar del suicidio para romper el tabú y calmar la rabia

Hablar del suicidio para tratar de entenderlo, arrancándolo de la rabiosa oscuridad del silencio mediante el rescate de un vocabulario que permita ejercer la reflexión. Ese es el objetivo de Apuntes sobre el suicidio, breve pero intenso volumen en el que el filósofo británico Simon Critchley, uno de los pensadores más mediáticos ahora mismo en EE UU, se aproxima con ágil agudeza y sin academicismo al fenómeno de levantar la mano contra uno mismo. Critchley, que ha dedicado parte importante de sus esfuerzos intelectuales a pensar el nihilismo, sostiene que el primer paso para arrojar luz sobre la decisión de poner fin a la propia vida es hablar sin rabia del suicidio, "un acto libre que no debería ser objeto de repulsa moral o condenado en voz baja" y que ha sido secuestrado, a través de la reprobación, por las iglesias y por el Estado. Para ello, el filósofo se acerca a las notas de suicidio de personajes tan dispares como Virginia Woolf, Hunter S. Thompson o Kurt Cobain, pero también a las reflexiones de Séneca, John Donne o David Hume, cuyo opúsculo Sobre el suicidio completa el volumen.

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