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Música

Cuestión de plazos

La falta de anticipación lastra la actividad de espectáculos musicales en Asturias

Hay un aspecto negativo en la organización de los espectáculos en Asturias que merece el diagnóstico de enfermedad crónica. Afecta, de un modo más o menos agudo, a casi toda la actividad y, lejos de resolverse, a veces tengo la sensación de que va a más. No es otro que el de la tardanza en el anuncio de las diferentes propuestas artísticas. Es una falta de información que redunda en contra de los espectáculos, que les resta visibilidad y posibilidades de ampliar su radio de acción. Es algo que me afecta a mí directamente como responsable de algunos de los ciclos afectados por esta sempiterna tardanza y es bueno exponerlo porque siempre he considerado que la autocrítica es uno de los pocos motores que ayuda a la mejora de los servicios que se prestan.

Desde febrero casi todas las organizaciones artísticas -orquestas, teatros de ópera, auditorios?- han presentado ya su temporada 2016/17. Algunos incluso han iniciado las renovaciones de abonos y han puesto a la venta algunas localidades para los espectáculos de mayor demanda. De esta manera permiten que el público se organice, sobre todo aquellos que puedan estar interesados en realizar un viaje a una ciudad determinada, pueden saber con antelación la oferta cultural de la misma. Esta anticipación es algo muy básico, esencial. En Asturias, sólo la realiza, desde hace ya bastantes años, la Ópera de Oviedo. Al poco de terminar la temporada en curso los aficionados ya tienen información de los títulos, artistas y las fechas que configuran la temporada del año próximo y la campaña de captación de abonos está en marcha con bastantes meses de antelación.

Sin embargo, del resto de las instituciones que programan, con un poco de suerte vamos sabiendo la oferta por trimestres, o algún semestre, y eso ya es un lujo. Tenemos un ejemplo reciente, la actual edición del festival de zarzuela de Oviedo dejó poco más de una semana para la venta de abonos y se anunció la programación semanas antes de dar comienzo. Lo curioso es que no es una novedad, lleva años pasando lo mismo, en una suerte de maltrato al aficionado que clama al cielo porque la falta de previsión es letal para el desarrollo de los espectáculos y para la adecuada comercialización de los mismos. No digamos nada de los ineficientes y caros sistemas de venta de entradas por internet a los que estamos sometidos, aunque parece que aquí hay expectativas de cambio a corto plazo.

De una vez por todas, las instituciones asturianas han de entender que están al servicio del público, que es indispensable facilitar al máximo todas las gestiones relacionadas con la oferta cultural y la anticipación en la información que se da, que ha de ser además de calidad, es el primer pilar sobre el que se ha de trabajar intensamente. Esperemos que, poco a poco, vayan modificándose estas costumbres tan perjudiciales y que en primavera los asturianos puedan conocer la estructura cultural de sus teatros, al menos hasta fin de año. Sería un primer paso y un gran avance.

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