Para quienes descubrimos en Oliver Sacks un universo absolutamente fascinante en libros como El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, encontramos ahora en la experiencia profesional y personal de la neuróloga Suzanne O'Sullivan un importante estudio y acercamiento a una nueva realidad dentro de la realidad: las enfermedades psicosomáticas ("El término psicosomático designa los síntomas físicos provocados por motivos psicológicos. Las lágrimas y el sonrojo son algunos ejemplos, si bien son respuestas normales que no presuponen ninguna enfermedad. Sólo cuando los síntomas psicosomáticos exceden la normalidad y dificultan o impiden nuestra capacidad para funcionar o ponen en peligro nuestra salud hablamos de enfermedad"). Apasionante y terrible -incluso descorazonador a veces- el testimonio de quien sufre una patología que no sólo no es aceptada socialmente sino más bien todo lo contrario ("La sociedad es sentenciosa con las enfermedades psicológicas, y los pacientes lo saben"). Aceptamos cierto grado de emoción o estrés en nuestras vidas y lo que eso supone o incluye en cuanto a pequeños síntomas que podemos encajar en nuestra vida diaria, no ocurre lo mismo cuando el síntoma se desborda buscando un modo de ser escuchado, pues todo síntoma esconde algún tipo de causa emocional que nos golpeó en cierto momento con una mayor ferocidad de la que intuimos entonces: "Si, por ejemplo, existe un recuerdo o una emoción demasiado dolorosos, esa emoción se convierte en una incapacidad física a modo de mecanismo de protección. En una convulsión, el cerebro parece apagarse por un minuto para mantenerse a salvo". Desolador comprobar cómo este sufrimiento se cronifica causando una incapacidad que ni el propio sistema ampara, protege o cuida en modo alguno, dejando por tanto absolutamente abandonadas a todas aquellas personas que no pueden justificar ese sufrimiento psíquico y físico con una enfermedad orgánica : "El trastorno de síntomas somáticos es un problema médico poco frecuente y devastador que representa un extremo de un espectro de diagnóstico. Describe a una persona a quien múltiples síntomas incapacitan de manera grave y crónica y con escasas posibilidades de recuperación". Estremecedor y esclarecedor relato el que aquí vemos, una y otra vez, a través de diferentes historias y voces.
Se establece una lucha infinita en la que quien sufre pelea por su salud pero también por su dignidad al igual que sus familiares y entorno. "Ése es el cambio que está en manos de todos: cuando encontramos a alguien gravemente incapacitado por meros síntomas sin explicación médica, deberíamos tratar a esa persona con el mismo respeto con que trataríamos a cualquier otra con cualquier otro diagnóstico". En palabras de la propia autora "tal vez haya llegado el momento de cambiar las etiquetas y empezar a cambiar las actitudes con respecto a la enfermedad psicológica".
