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DIEGO ÁLVAREZ MIGUEL | ESCRITOR ASTURIANO, PUBLICA LA NOVELA "EN SUS MANOS ARDIÓ EL BOSQUE"

"Un escritor hurga en su interior y lo que sale le sorprende incluso a sí mismo"

"La literatura de más éxito entre los jóvenes últimamente, sobre todo en poesía, parece pelearse por ver cuál es más ñoña"

Diego Álvarez Miguel.

Diego Alvarez Miguel (Oviedo, 1990) ganó el premio Gloria Fuertes y el Hiperión. Hojas de poesía. Con En sus manos ardió el bosque (Destino) cruza a los caminos de la narrativa pero sin dejar de talar versos.

-¿Qué le impulsó a pasar de la poesía a la narrativa?

-Lo cierto es que siempre he alternado y combinado ambas disciplinas. De hecho, el segundo libro que publiqué fue un libro de cuentos que escribí junto a Xaime Martínez. Practico y disfruto ambas con el mismo entusiasmo.

-¿Por qué hacerlo con una novela juvenil?

-Se me planteó la oportunidad y la acogí con mucho gusto. Me pareció un proyecto muy interesante, y desde adolescente tenía la idea de escribir algo que combinase narrativa y poesía, así que llevarlo a cabo y hacerlo para ese adolescente que era yo fue todo uno.

-¿Escribir para lectores jóvenes impone algún tipo de reglas? ¿Se ha cortado en algo?

-Impone reglas, claro. Sobre todo en términos de identificación. Los personajes tienen que ser necesariamente reconocibles por un lector joven, aunque mi intención siempre fue que lectores mayores se pudieran también sentir identificados con la historia. Cortarme no me corté en prácticamente nada. Los jóvenes ya no son niños. Y tratarlos como tal me parece una torpeza.

-¿El amor rima siempre con dolor?

-En absoluto. No rima con dolor, lo compensa.

-¿Exploró su propia memoria para poner palabras a los sentimientos de sus personajes?

-Creo que no hay otro sitio que un escritor pueda explorar para ponerle palabras a lo que imagina. Uno hurga en su interior y lo que sale, en numerosos casos, le sorprende incluso a sí mismo.

-Sus personajes se emborrachan, fuman, tienen sexo. A algunos padres y profesores no va a gustarles que sus hijos lean eso?

-Lo sé, ya se han dado algunos casos. Pero me parece una soberana estupidez. No es un libro para niños, eso está claro, es para adolescentes y jóvenes, y la mayoría de estos fuman, beben y tienen sexo. Y aunque no fumasen, bebiesen o tuvieran sexo, lo ven todos los días en el cine, en la calle, en Internet, en sus casas? En este libro, el sexo, el tabaco y el alcohol no son más que algo accesorio, igual que lo es en sus vidas.

-¿De qué forma irrumpe la poesía en su novela?

-Me parecía interesante hacer que los poemas nacieran de la ficción. Se tiende a asociar el poema al poeta, a su experiencia y a su identidad, sin embargo en este caso los poemas no son míos, son de Hugo, que es el protagonista. Por lo tanto, la idea era crear un discurso poético nuevo que se sustentase en la historia de Hugo y no en mí.

-¿La música o la poesía alivian el desconsuelo?

-Sin duda. Aunque más su consumo que su creación.

-Nuria, la protagonista, compra libros para mirarlos, no para leerlos. ¿Es una radiografía del mercado editorial?

-Nuria estaba siendo sarcástica cuando decía eso. "Nadie lee libros", afirma. Y aunque ella sí que los compraba para leerlos, sin duda su ironía reflejaba de alguna forma la realidad. Yo, mismamente, soy uno de ellos. Compro más libros de los que puedo leer. Y la verdad es que no tengo intención de dejar de hacerlo.

-¿Se hizo poeta por amor o por desamor?

-Creo que tenía unos diez años cuando escribí mi primer poema, y lo hice por una desgracia que viví de cerca. El segundo poema lo escribí poco después y fue una oda al boli.

-¿Qué papel tiene la música en su historia?

-Creo que tiene uno muy importante. Por un lado le pone banda sonora, y por el otro es una de las vías de escape y de expresión que tiene Hugo.

-"La felicidad es una elección acertada de cadenas". ¿Cómo lleva sus elecciones?

-Bien. Procuro dejarlas todas para el último momento.

-¿Qué tamaño tiene su casa ahora, quiero decir, sus proyectos?

-Depende del día. Tengo varios proyectos entre manos, y aunque todos los días son los mismos, unas veces los veo enormes y otras veces diminutos.

-¿La moda de poetas jóvenes con colas de adolescentes para firmar es pasajera?

-Yo espero que no, espero que dure mucho tiempo. Pero lo que más espero es que los poetas, editores, críticos, periodistas, etcétera, que no trabajan para la poesía de adolescentes, se pongan las pilas, aprendan a comunicar y empiecen a cubrir ese espacio que tienen abandonado.

-¿Dónde encuentra más respuestas, en la poesía o en la prosa?

-Encuentro la misma cantidad de ellas en ambas, pero nunca las mismas. Y muchas veces contradictorias.

-Madrid es un personaje más?

-Lo es. Escribí la novela durante el primer año que viví en Madrid. La escribí recorriendo las mismas calles que recorre Hugo, yendo a los mismos bares, mirando en los mismos escaparates, sentándome en los mismos bancos?

-Una facilita: ¿qué es amar?

-Una elección acertada de cadenas.

-¿Hay muchas historias en el mapa del Metro?

-Me encanta mirar el mapa del Metro. Cuando estoy esperando por él, me pongo a mirar el mapa, a recorrerlo con la vista, voy de un sitio a otro, me memorizo las líneas, las paradas, y antes de que me dé cuenta llega el tren.

-¿Para qué sirven los recuerdos?

-Para tener algo que compartir.

-¿La literatura es fuego o cenizas en su caso?

-Fuego. Que cuando se extingue no deja cenizas, sino más fuego.

-¿A qué lector le gustaría llegar con su novela?

-A cualquiera. He intentado escribir una novela que no tratase a los jóvenes como imbéciles, y eso creo que la hace más versátil, pudiendo llegar también a un público más adulto.

-¿Cuáles son los peligros que hay que evitar cuando se escribe de amor?

-Pues depende. Yo diría que hay que evitar la cursilería y la ñoñez, y también intentar no caer demasiado en lugares comunes. Sin embargo, digo depende porque la literatura que más éxito tiene últimamente entre los jóvenes, sobre todo en la poesía, parece pelearse por ver cuál es más cursi, ñoña y evidente, por lo que a la hora de vender miles de libros parece claro que eso no es lo que hay que evitar. De todas formas, esa clase de literatura no es la que a mí más me interesa, y también creo que hay un público joven y numeroso que la rechaza.

-¿Le inspira como escritor lo que pasa en la política nacional?

-Sí, a una de mis múltiples personalidades le inspira profundamente.

-¿Las lágrimas inspiran?

-Las lágrimas reales me conmueven y me contagian. Es una de las cosas más difíciles de la ficción, las lágrimas. Muy pocas veces funcionan como lo hacen en la realidad.

-¿Su próximo bosque será de poesía o narrativa?

-Tengo entre manos uno de cada. El de poesía está más avanzado. Y el de narrativa es un proyecto que me gusta mucho y que llevo unos años queriendo llevar a cabo. Eso sí, ambos tienen poco que ver con este bosque del que hemos hablado hoy.

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