Carlos Prieto es uno de los músicos más interesantes de nuestro tiempo. Un violonchelista que ha sabido sumar a una gran carrera como solista, a través de todo el mundo, una importante producción literaria con buen número de ensayos que tienen a la música como protagonista.
Hace unas semanas presentó en Oviedo uno de sus últimos trabajos, el libro Mis recorridos musicales alrededor del mundo (La música en México y notas autobiográficas); un extenso volumen en el que nos propone un viaje fascinante, de una riqueza de matices única y que es, a la vez, un texto de altas capacidades divulgativas entreverado con una serie de perfiles autobiográficos que definen aspectos muy interesantes de su trayectoria profesional.
Desde el punto de vista del lector español, toda la primera parte en la que se realiza un profundo estudio de la historia de la música en México, es una auténtica joya porque nos pone en contacto con la riquísima realidad musical del país a lo largo de la historia, desde la etapa precolombina hasta nuestros días, pasando por el flujo de las dos orillas de la Nueva España, a partir de la cual los lazos e influencias ya comenzarían a ser de ida y vuelta. El segundo gran bloque está integrado, como indicaba más arriba, por unas notas de sus conciertos por el mundo: se trata de un trepidante recorrido por la historia de nuestro tiempo a través de la mirada de un músico comprometido, atento y observador, capaz de captar los cambios no solo en el trazo grueso de la política sino también en el matiz de los pequeños detalles sociales en Iberoamérica, China, Rusia, diversos países europeos e incluso en África. De un músico que lo fue a conciencia, dejando atrás una más que prometedora carrera empresarial para volcarse en su vocación primera.
De su profundo trazo humanístico da fe el relato de su cercana relación a escritores como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes o Álvaro Mutis. Y otro aspecto destaca de la lectura de su obra: uno de sus grandes valores ha sido el compromiso con la música contemporánea. Carlos Prieto ha encargado decenas y decenas de obras a compositores de diferentes países, con especial atención al ámbito iberoamericano, lo cual ha servido para ensanchar notablemente el repertorio para violonchelo. Esto lo ha convertido, sin duda, en una de las grandes referencias del instrumento y su labor merece el mayor de los reconocimientos, por su generosidad y entrega mantenida en desde los inicios de su carrera a nuestros días.
Además, el lector asturiano encontrará todas las claves que vinculan a Prieto con Asturias; una reseña interesante de su tía la compositora ovetense María Teresa Prieto, exiliada en México, y fiel noticia de sus numerosas actuaciones en el Principado. Todo ello contado con gran eficacia narrativa y un enorme cariño hacia la tierra de la que procede. En el prólogo de la obra Rafael Tovar y de Teresa hace una definición del músico y escritor creo que muy acertada: "Es un músico por el que circulan múltiples intereses artísticos e intelectuales. Una mente activa que escapa a cualquier esfuerzo de delimitación. De espíritu renacentista, no ha cesado en su empeño por integrar plenamente el conocimiento musical, tanto en sus interpretaciones como violonchelista como en sus trabajos como escritor, investigador y académico". Este último libro suyo, editado por el Fondo de Cultura Económica, es un perfecto ejemplo de todo ello.
