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De aquel Mayo del 68 a Trump

Joaquín Estefanía examina en Revoluciones medio siglo de cambios, desde la rebelión parisina a la última reacción conservadora

De aquel Mayo del 68 a Trump

Los libros de Joaquín Estefanía (Madrid, 1951) suelen tener una doble virtud: la claridad expositiva y el rigor del trazado panorámico. Une a sus conocimientos económicos y al de la historia de las ideas, fundamentales para trazar grandes síntesis sin perder los matices, el gran periodismo de explicación de los contextos en que suceden y se relacionan las cosas. Un ejercicio así se agradece más, si cabe, en tiempos como los que vivimos, cuando triunfan las técnicas de los publicistas y se prestigia lo banal, el enredamiento del ruido del patio de vecindad. Y es loable además que, al analizar los acontecimientos puestos bajo su foco, deje claras sus propias opiniones: evita los camuflajes de las falsas equidistancias al ceñirse a la defensa de la democracia y de las asaeteadas conquistas del Estado de bienestar.

Una actitud y un estilo que se transparentan también en su último ensayo, Revoluciones, al que añade el subtítulo "Cincuenta años de rebeldía (1968-2018)". Un volumen oportuno, desde luego. Y no sólo porque su publicación coincida con el aniversario del movimiento que hace medio siglo (de París a Ciudad de México, pasando por los campus estadounidenses, la Primavera de Praga, Japón y aun la España amordazada por el franquismo) removió para siempre el temario social y político de nuestro tiempo, sino porque también engarza aquellas revueltas y las posteriores (la de los "altermundistas", que se concretó en Seatlle en 1990, y la de los indignados, escenificada en Madrid o en Wall Street en 2011) con las respuestas conservadoras de Thatcher y Reagan, a partir de 1979 y 1980, o con la de los "neocons" de Bush hijo (intensificadas tras el ataque islamista a las Torres Gemelas y al Pentágono el 11 de septiembre de 2001) y con la de Trump, elegido presidente de Estados Unidos a finales de 2016. Este último encarna, en opinión de Estefanía, la tercera fase de la "Revolución conservadora" desde el planteamiento de una nueva desregulación de las finanzas -como si nos hubiéramos olvidado de las causas de la Gran Recesión- y de un "capitalismo de amiguetes". Si Thatcher "sufría aporofobia" y Reagan había roto el pacto social defendido por Roosevelt, Trump "es lo que parece", escribe el ensayista con expresiva contención retórica.

Una descripción plausible de los seis grandes movimientos ideológicos que se han sucedido en el tránsito del siglo XX al XXI. Y a los que se anudan sucesos de gran calado: la caída del Muro de Berlín y del bloque soviético, la Primavera árabe o la revolución digital, entre otros acontecimientos que ayudan a captar la sístole y la diástole del corazón contemporáneo. Una historia que parece responder con precisión, según recuerda Estefanía, a la tercera ley del movimiento de Newton: "a toda acción se opone una reacción igual". Y también al diagnóstico del economista y profesor Albert O. Hirschman. Para el autor de Retóricas de la intransigencia, "a cada opción progresista se opone una tesis reactiva-reaccionaria". Dicho de otro modo: desde la protesta que protagonizaron los hijos de las clases medias en Mayo de 1968 (con la que la sexualidad, el feminismo, la educación, la ecología y el antiautoritarismo entrarían en la agenda política), al movimiento de los indignados (crítico con el secuestro de la democracia, la corrupción y la desigualdad económica), los sectores conservadores han respondido con una panoplia de recetas y medidas que han socavado de manera creciente el Estado del bienestar y subrayado la ruptura con la visión keynesiana de los "treinta gloriosos", los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial.

Estefanía utiliza la palabra revolución en un sentido lato: la acción que se asocia a un levantamiento y a un cambio de cierta profundidad en las estructuras sociales, pero también al efecto de "revolver o revolverse", según recoge el Diccionario en la primera acepción de ese vocablo.

Cada movimiento de protesta tuvo su reacción conservadora

Sólo así se explica que pueda hilar en una misma madeja las visiones distintas y contrapuestas que han caracterizado los seis momentos políticos antes resumidos. Cada uno de esos movimientos de cuestionamiento del <em> statu quo</em>, empezando por el que estalló en Mayo de 1968, fue respondido desde la conjunción conservadora con un desmontaje del largo consenso en favor de la igualdad auspiciado durante años en las democracias occidentales por socialdemócratas y liberales. Sí, tras el acmé progresista, la reacción termidoriana. Estefanía afirma: "La revolución conservadora, en sus diferentes versiones, ha logrado subvertir la idea de ciudadanía que puso en circulación <strong>Thomas H. Marshall</strong> a mediados del siglo pasado". ¿Qué idea es esa, "vigente" aún para quien fuera director de "El País" entre 1988 y 1993? "?un ciudadano sólo lo es si es triplemente ciudadano: poseedor de los derechos civiles, políticos y sociales". Y más: "se puede concluir que la idea de ciudadanía sigue siendo revolucionaria".

Habría que decir, por tanto, que esas tres inflexiones conservadoras han sido en puridad, más que revoluciones en su sentido clásico, contrarrevoluciones. Y que en esas oscilaciones pendulares de la historia del último medio siglo, una parte de la izquierda se ha tragado incluso con entusiasmo (recordemos a los practicantes de la llamada "Tercera Vía") el recetario neoconservador. Aun así, Estefanía sostiene en su libro que, pese a todos los problemas y si hablamos en términos de "cantidad y calidad democrática" o del "bienestar ciudadano", nuestro mundo (el de hoy y visto en su conjunto) "es mucho mejor que el de finales de la década de los años sesenta del siglo pasado".

Un libro en fin en el que su autor no se resigna a examinar tan sólo las revueltas del aquel otro Mayo de hace medio siglo, cuando los jóvenes se convirtieron en sujeto de transformación desbordando el análisis tradicional de la lucha de clases, sino que prolonga su escrutinio hasta el momento presente. Cincuenta años en los que el modelo de capitalismo anglosajón se ha convertido en hegemónico y en los que la tribu de los topos, por utilizar una imagen del propio Estefanía tomada de <strong>Marx</strong> y <strong>Shakespeare</strong>, tiene en la defensa de las libertades democráticas y en la de los derechos del Estado del bienestar su tarea más inmediata y urgente.

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