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Mario Antuña

Siempre hacia adelante

Mario Antuña

¡Pitu, quédate!

Las dificultades y la ilusión del Sporting ante el arranque de la temporada en Primera

No, no he estado inconsciente desde el día del ascenso, ni de parranda celebrándolo sin tener conocimiento de lo que ha sucedido en torno al Sporting. El título es un desagravio, si es que fuera necesario, del artículo publicado el pasado noviembre, tras el triunfo en El Molinón ante el Zaragoza, bajo el nombre de ¡Pitu, vete ya!, en el que de forma absolutamente irónica reclamaba su salida ante el buen juego, las magníficas decisiones y el rumbo hacia el éxito final que tomaba el equipo, alegrías a las que los sportinguistas no estábamos acostumbrados desde hacía ya demasiados años.

Con Abelardo al mando del timón y adoptándose decisiones aparentemente racionales, el Sporting afronta el reto de Primera en parecidas circunstancias a las de hace un año. Por aquel entonces el objetivo era no bajar. El mismo que ahora. Y por segundo año, el equipo no puede fichar. Una penitencia que se me antoja desproporcionada ante el pecado cometido. El club, entiéndase directiva, abonó fuera de plazo una parte de la soldada de la plantilla, me imagino que porque no había posibles y porque no confiaban en el ascenso. Una directiva sportinguista que asumió la culpa para no agravar el correctivo. Pero se subió, hombres de poca fe, y sobre el equipo volvió a caer la maldición de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), celosa ahora, vaya por dios, de la buena salud monetaria de los clubes.

Y al frente de la LFP se encuentra el señor Tebas, que se ha empeñado en insuflar fuerza nueva al fútbol español a la sombra de los jugosos y deseados derechos televisivos. Pero para conseguir tan loable objetivo se toman algunas decisiones un tanto absurdas y contradictorias con el fin deseado, quizás producto de una sobrexposición cara al sol en veranos tan tórridos. Para castigar a un club como el Sporting por incumplir sus obligaciones de pago a causa de sus problemas económicos, se le prohíbe fichar jugadores de refuerzo cuando asciende a Primera. Es decir, no puede disponer de nuevas camisetas bordadas en rojo y blanco ayer, a no ser que se las presten.

Cuando el Sporting, en este caso, tiene la posibilidad de solventar sus graves problemas económicos con los dineros de la televisión para aliviar sus penurias, se le ponen todas las trabas para alcanzar la estabilidad deportiva y financiera. ¿No sería más adecuado dejarlo competir en igualdad de condiciones deportivas y establecer férreos controles sobre la gestión? Pues no, Tebas y sus compañeros, como una Troika más, montan guardia sobre los luceros para aplicar decisiones que, insisto, me parecen desproporcionadas con el pecado: imposibilidad total de fichar, ante el impago de parte de la paga...

Pese a las dificultades e impasible el ademán, el cuerpo técnico del Sporting va camino de completar los tres o cuatro refuerzos que se fijaba Abelardo como necesarios para afrontar con garantías la temporada. Quizá no sean los más deseados, o sí, pero son los posibles, y a jugador prestado no le mires demasiado las botas. Con el Pitu en el timón, la base del equipo de guajes que nos llevaron al ascenso, la filosofía de Mareo como doctrina y las incorporaciones de Mascarell y Sanabria, la llegada de Halilovic, y quizá alguno más, arranca el domingo la singladura (y dura va a ser) por Primera ante, nada mas y nada menos, que el Real Madrid. El objetivo es el puesto de 17 que garantizaría la permanencia, quién sabe, señor Tebas, si como en la temporada pasada, en ésta vuelven las banderas victoriosas rojiblancas.

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