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Johan

¿Se imaginan que el Real Oviedo en su próximo partido saliera a jugar a lo Cruyff?

Habrá que dar la razón a Zygmunt Bauman: el mundo es cada vez más líquido. Ante cualquier suceso del orden que sea, proliferan las felicitaciones, pésames o discrepancias digitales: cometas que pasan a toda velocidad para ser sustituidos con rapidez por la próxima ciberlluvia. Acaba de ocurrir con el triste anuncio del cáncer de pulmón que padece Johan Cruyff. Las redes sociales ardieron (expresión bastante contradictoria, dicho sea de paso) de ánimos al futbolista holandés. Pero, qué quieren que les diga, hay golpes en la vida que? Golpes que exigen gestos palpables, no solubles. Gestos que cuesten, que supongan consecuencias, que tengan un precio.

¿Se imaginan, por ejemplo, que el Real Oviedo, en su próximo compromiso liguero, saliera a jugar a lo Cruyff? Con tres defensas, cuatro centrocampistas jugones y tres delanteros. ¿Qué por qué? Y por qué no. El fútbol español le debe todo al dream team y a la Quinta del Buitre. Sin sus clamores en el desierto, el balompié de este país seguiría siendo un perpetuo homenaje a las películas de Saénz de Heredia. ¿Qué los oviedistas más resultadistas refunfuñarían? Tal vez. Pero en nuestro caso particular también le debemos bastante a aquel Barça de los noventa. No tenía término medio: cuando jugaba bien, lo hacía como nadie. En cambio, si jugaba mal? Hasta para eso tenía talento. No daba pie con bola. Y bien que nos aprovechamos de ello: recuerdo que a los Laudrup, Begiristain y compañía les ganamos dos a cero en el viejo Tartiere con goles de Rivas y Gorriarán. Repito: de Rivas y Gorriarán. Aunque para ser justos, no todo en aquel encuentro fueron deméritos blaugranas. Algo tuvo que ver el planteamiento del Jabo Irureta. Ya sé que puntos ser puntos, ¿pero no era el fútbol un juego? Si solo importara el resultado, como dijo David Trueba, con salir al campo y tirar cada equipo cinco penaltis ya bastaría. Y después, todos para casa.

Es más, incremento la apuesta: que la próxima jornada salgan al campo a jugar a lo Cruyff todos los equipos del fútbol profesional español. Ya me imagino la alineación titular del Oviedo: Esteban en la portería; tres defensas: un central, David Fernández, por ejemplo, y dos laterales: Nacho López y Peña. Un centro del campo creativo: Héctor Font, Edu Bedia, Susaeta y Borja Valle. Dos extremos bien pegados a las bandas: Hervías y Koné. Si lo prefieren, pongan a Koné a su aire y pasen a Borja al extremo. Y completando el once / Johan: un delantero. ¿Toché, Linares, Cervero? El que ustedes gusten. ¿Qué perdemos? Ya recuperaríamos los tres puntos en el siguiente partido. Yo, personalmente, prefiero imitar al hombre que dijo: "es preferible caer con tu propia visión que caer con la visión de otro", que ser un clon eterno de Alfredo Mayo en "Raza".

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