A media tarde de ayer existía incertidumbre sobre si Francia iba a jugar o no el amistoso de pasado mañana ante Inglaterra. El fútbol es como es a la hora de guardar luto por las tragedias. Con recordar la final de Heysel tendremos bastante. Hay quien sostiene que el terror y los terroristas no pueden marcar los calendarios futbolísticos, ni los otros, y hay quien piensa que el respeto a las víctimas está por encima de todo. La seguridad también está por encima de cualquier riesgo: la selección de Alemania durmió en el estadio Saint Denis de París donde jugó ante Francia mientras se sucedían las explosiones y los disparos. Un partido que fue arbitrado por el español Mateu Lahoz. No podía ser otro que Mateu, que ya tiene otra historia que contar a sus nietos. No estaba tan cerca de los acontecimientos el sportinguista Nacho Cases, de viaje en la capital francesa con su familia, pero sin duda se habrá visto afectado por la situación que vive la ciudad. Nacho Cases en el campo y fuera de él siempre cerca de todo lo importante que sucede. Pese a todo, París siempre es un buen sitio donde desconectar.
La victoria de España sobre Inglaterra ha quedado borrada, pero aún queda algún resto. Por ejemplo, las malas críticas que, de nuevo, ha recogido Diego Costa, ese futbolista que tan mal casa con la imagen de la selección. Con la imagen y con el juego. Es un futbolista marrullero entre señores del balón; por ejemplo, Andrés Iniesta, incapaz de un mal gesto o una patada. Y otros muchos, como los asturianos Juan Mata y Cazorla, autor éste de un gol de pelotero serio.
Por cierto, que diría García Ferreras, el otro día hacíamos referencia aquí a la denominación que reservaba Luis Aragonés para los jugadores que pasan por driblar al rival en una baldosa. O una loseta. Pues los llamaba loseteros. Ahora hay bastantes que son jaleados con la historieta de la pausa. Y no hace falta dar nombres porque están en la mente de todos. Loseteros del mundo, uníos.
A quien tampoco gustan mucho los loseteros es a Joaquín Caparrós, entrenador ilustre ahora en paro aunque en la cabeza de Ángel María Villar para tomar el relevo de Del Bosque al frente de la selección española. Puede ser un cambio brusco porque el sevillano de Utrera apuesta por un juego distinto al del salmantino afincado desde hace décadas en Madrid. Todo puede suceder si el señor marqués se retira del primer escenario futbolístico patrio. No quedan muchos meses para salir de dudas.
Días quedan para salir de dudas en el próximo compromiso rojiblanco, en el mediodía del domingo siguiente a éste, ante el Levante colista, con entrenador nuevo y jugadores de experiencia dilatada. Un Sporting que volverá a los ensayos mañana por la tarde en busca de una puesta a punto perfecta para un partido crucial. En la espera las buenas costumbres han de mantenerse; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿es cierto que el Sporting podrá fichar en enero para la próxima temporada, y no para ésta? Las contradicciones de la particular legislación de Javier Tebas provocan contradicciones. Como la que anuncia un periódico de Barcelona sobre los planes del club azulgrana de vender a Halilovic. Se ve que andan sobrados de talentos. Cosas de la vida.
