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Alberto Menéndez

La reacción no puede esperar

El Oviedo y Generelo afrontan mañana un importante y simbólico partido

El Oviedo continúa estando en una situación de privilegio para lograr el gran objetivo que se había marcado para esta temporada y que no es otro que el ascenso a Primera. Pero para ello no puede seguir jugando con fuego, como hizo en los últimos tres partidos, en los que no obtuvo ni un solo punto. Es imprescindible que el equipo azul reaccione de forma inmediata. Y qué mejor momento para hacerlo que mañana en el Tartiere, ante su afición, aprovechando los festejos del 90.º aniversario del equipo y también la presencia en Asturias de Arturo Elías, yerno del máximo accionista del club, Carlos Slim.

Si la pasada semana los ojos de los seguidores azules estaban puestos, fundamentalmente, en la plantilla, tras una semana en la que los máximos gestores del club la habían responsabilizado de la marcha del anterior entrenador, Sergio Egea, hoy el centro de atención será David Generelo. Si el pasado sábado en Alcorcón se sentó en el banquillo de forma interina, mañana ya lo hará como técnico titular, ratificado por el propio Arturo Elías hasta, al menos, el final de la actual campaña; no descartándose, incluso, su continuidad si el Oviedo acaba subiendo.

El de mañana ante la Ponferradina no es un partido más para el Oviedo. Es un encuentro muy importante. Más por su significado simbólico que por la trascendencia de los tres puntos en juego, que también. Tras tres partidos perdidos y el cambio de entrenador, el equipo necesita ya demostrarse a sí mismo, a la afición y al máximo accionista que es capaz no sólo de vencer, sino de convencer e ilusionar con un juego brillante. Y, además, hacerlo con un nuevo técnico, un preparador que apenas ha tenido tiempo para poner en práctica sus métodos de trabajo, sus estrategias, aunque, eso sí, sabe a la perfección quién es quién en la plantilla ya que hasta no hace mucho formó parte de ella. Ésa era su gran ventaja sobre cualquier otro candidato a responsabilizarse del vestuario azul. Quedan sólo doce encuentros para el final de la Liga como para arriesgarse a para traer a alguien con nombre pero sin un conocimiento más o menos profundo de los futbolistas.

Cualquier decisión en estos momentos, en la recta final del campeonato, es arriesgada. Los gestores azules han apostado por un hombre de la casa para relevar a Egea y los motivos que han esgrimido para hacerlo tienen mucha lógica. Ahora sólo falta que Generelo les demuestre con hechos, con resultados, que no se han equivocado. Hoy tiene la oportunidad de agradecerles su confianza con un triunfo, y si viene acompañado de buen juego mejor que mejor.

El Real Oviedo no puede continuar tentando a la suerte. Los resultados de sus competidores en las últimas jornadas han mitigado las consecuencias de sus tres derrotas, pero si se quiere postular como serio candidato al ascenso debe empezar a olvidarse de los demás equipos y pensar sólo en sus propios triunfos.

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