El partido contra el Sevilla era clave para las aspiraciones de permanencia, tras no haber pasado del empate en Las Palmas.
El Sevilla tiene una de las mejores plantillas de la Liga; está echa a golpe de talonario y es el único equipo en España que se mantiene en las tres competiciones (Liga, Copa y Liga Europa).
El partido fue de poder a poder, en donde los dos equipos fueron en busca de la victoria, pues si el Sevilla aspira a la quinta plaza, el Sporting buscaba eludir el descenso.
En los primeros minutos del partido, los andaluces controlaron el choque sin problemas, ante un Sporting un tanto nervioso y desorientado al que le costó entrar en juego. Al poco, llegó el gol de Iborra, que actuando de mediapunta, causó bastantes problemas, sobre todo en la primera parte.
Poco a poco, el Sporting se rehizo hasta que empató en una buena arrancada de Jony, que desvió un rival.
En la segunda parte, otra vez el Sevilla tomó la iniciativa, y si bien tuvo varias ocasiones, Cuéllar estuvo muy bien con paradas de gran mérito. Por su parte, los gijoneses tuvieron las dos más claras, en las botas de Sanabria y Ndi.
Al final, cuando parecía que el empate era inamovible, el incansable Isma López tocó de forma magistral un disparo de Rachid y llevó la alegría a todo el municipal gijonés. Era el 2-1 y no había tiempo para más.
El partido pudo ganarlo cualquiera pero, siendo justos, el Sporting mereció ganar por su lucha y entrega de principio a fin a lo largo de un duelo muy intenso.
La victoria servirá para aumentar la moral del equipo de cara a los cuatro partidos que faltan para acabar la Liga.
