El día elegido para que el Sporting salga del pozo en el que lo han metido las cinco derrotas consecutivas (cero puntos de quince posibles) ya ha llegado. Esta noche en el Nuevo Los Cármenes los rojiblancos, que con razón no podrán vestir su uniforme habitual por la coincidencia de colores con los locales, tienen ante sí la oportunidad de recomponer su presente y su situación. Ante un rival que acaba de cambiar de entrenador, que ha elegido a Lucas Alcaraz, el hijo de Felipe, para sustituir a Paco Jémez, a quien el prestigio ganado en el Rayo Vallecano le ha durado lo justo. Lucas Alcaraz no ha escondido sus cartas: prescinde de Samper, un futbolista de pie fino como todos los que salen del Barcelona, que lo ha cedido a los andaluces, para meter a gente más dura en la convocatoria. Tres jugadores del actual Granada estuvieron en la órbita rojiblanca el pasado verano: el ya citado Samper, el delantero Ponce, procedente de la Roma, como Sanabria, y Boga, cedido por el Chelsea, que fue de Mourinho y ahora es de Conte. Este Boga llegó a estar en Gijón, donde se entrevistó con el gran timonel y con el director deportivo, Nico Rodríguez, a quienes frió a preguntas sobre dónde habría una buena sala de billares. Boga se fue a Granada en busca de los billares soñados. Ponce, con papá en la sombra, jugó a dos cartas y se quedó con la del Granada. Aquello que decía Santiago Bernabéu de los futbolistas con papá se cumplió una vez más.
Fichajes no realizados al margen, el Sporting tiene claro lo que se juega esta noche en Granada. La importancia del partido pasa por la necesidad de sumar puntos y por dejar lejos a un rival para la permanencia. Un partido, pues, con dos caras, que se quedan en una, en la necesidad de ganar y normalizar una situación que ha pasado de la esperanza a la preocupación.
El gran timonel Abelardo Fernández tiene tarea para confeccionar la alineación. No sólo tiene tarea en la defensa, donde parece haberse decidido ya por Lillo en la zona central y por Lora en la banda derecha, sino que tiene labor, mucha labor, en el centro del campo y en la delantera. Como diría un clásico, quizá tenga más hierba que tenada. Lo que es indudable es que el actual Sporting necesita una profunda renovación que sirva para enderezar la marcha liguera.
Partido por todo lo bajo, repetía ayer una emisora local, porque se van a enfrentar el antepenúltimo con el último. Éstos no tienen el problema de Florentino Pérez, que confesó a un grupo del Real Madrid que "para fichar a los mejores no hace falta director deportivo". Algo parecido dijo hace años José Luis Núñez, expresidente del Barcelona, pero éste apeló a su portera. Tienen razón ambos, con matices, porque ahora mismo a los mejores del mundo es casi imposible ficharlos. Sería bueno que cada club tuvieran un equipo de ojeadores que se adelantara a la jugada y que fuera capaz de ver crecer la hierba.
En día como hoy no queda más remedio que mantener las buenas costumbres; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿Qué piensa Esuperio de la ruptura de relaciones del Sporting con la empresa del Tour Molinón? Le quedaba poco al contrato. Próxima parada, Capuchinos.
