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Fondo Norte

Un empate que marca el buen camino

Estimable primer tiempo de un Sporting renovado que dispuso de ocasiones para irse por delante

Al final del partido no se desató la euforia, pero el punto sumado por el Sporting ante el Sevilla, segundo en la tabla antes del duelo, tiene un enorme valor. Por lo que significa sumar y salir, aunque sea de forma provisional, del descenso y, sobre todo, porque el empate marca el buen camino. El Sporting del primer tiempo, quizá el mejor de la temporada, mostró sus poderes y demostró que tiene capacidad para salvar la categoría, objetivo irrenunciable. El camino, damas y caballeros, señoras y señores diputados, está marcado. Sólo hay que seguirlo.

No hizo, ni mucho menos, el Sporting un partido perfecto ante un Sevilla vestido de diseño, que se encontró con un gol en los primeros minutos. Un gol que llegó en un apurado despeje del portero Sergio Rico, que lanzó el balón para adelante sin más, pero el balón cruzó todo el campo hasta que llegó a Vietto, que ganó la posición a Meré para irse hacia Cuéllar, al que batió con un sutil toque. No habían pasado ni cinco minutos y el Sporting se veía obligado a remar contra la dura corriente de un Sevilla enrachado, bien armado y ambicioso. Pero los rojiblancos, al fin con un centro del campo poblado de buenos jugadores, entre los que aparecía el añorado Nacho Cases, pequeño pero gran jugador, dieron pronto la impresión de que no eran el equipo flojo y débil de partidos atrás. En la banda zurda lucía el resucitado Canella, capitán, y ayer mandón en su zona, como queriendo demostrar que es, de largo, el mejor lateral zurdo de la plantilla.

De sus botas salió el perfecto pase que Moi Gómez convirtió en un remate impecable que significó el gol del empate. La igualdad hizo justicia con los méritos del equipo del gran timonel. Un equipo que pudo ponerse por delante en las ocasiones, tres, en las que Viguera hizo lo difícil, encarar al portero andaluz, y falló en lo fácil, llevar el balón a la red. Fue una pena porque hasta el descanso el Sporting fue mejor que el Sevilla, al que superó como superó el calamitoso arbitraje de Iglesias Villanueva. Habrá que llamar a algún experto arbitral para que explique por qué en la segunda parte señaló como libre indirecto una protesta, razonada, de Nacho Cases por falta clara a Dani Ndi no señalada. Al Sporting, que no da una patada, le llueven las tarjetas por aquello de los Goldman de Baltimore y de Montclair. Con eso hay que convivir.

En la segunda parte el equipo rojiblanco se echó atrás, quizá por sufrir el desgaste del esfuerzo en el primer tiempo. El Sevilla dominó y tuvo sus oportunidades, pero entre el mal ojo en el remate y otro palo, el marcador no se movió. El Sporting sólo remató una vez en el segundo, con un tiro flojo de Burgui, porque apenas llegó al área rival. En la segunda parte se puede decir que lo único divertido fue descubrir los nuevos peinados de Dani Ndi, con cabello de color rojo, y Burgui, con cabello color oro. Ya hay quien pide la intervención del admirado Ramiro Fernández.

Se pidió aquí que el equipo alegrara el día al aficionado. No lo alegró del todo, pero enseñó sus posibilidades, que no han de ser pocas, con un buen empate para la esperanza. Próxima parada, Capuchinos.

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