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Fondo Norte

Confesiones en unas vísperas cruciales

El gran timonel pide disculpas y revela que sólo quiso las bajas de Álex Menéndez, Guerrero, Alberto y Dennis

La petición de disculpas de Abelardo a quienes insultó y despreció en la sala de prensa de El Molinón en la triste noche del pasado martes vienen muy bien para serenar las aguas del olvido en unas vísperas cruciales, las del partido de mañana ante el Osasuna de Pamplona. Pero fueron quizá mucho más importantes las confesiones del gran timonel rojiblanco sobre la confección de la actual plantilla, cuestionada tras una racha de derrotas y decepciones que no se esperaba en la tercera jornada. Abelardo ha reconocido que sólo pidió cuatro bajas en el verano pasado, las de Álex Menéndez, Guerrero, Alberto y Dennis, el primero sin equipo y lesionado cuando se entrenaba con el Girona, que prescindió de los servicios del lateral. Los demás jugadores se fueron del Sporting por voluntad propia o por decisión de los clubes que poseen los derechos federativos. A todos los quiso Abelardo en el equipo, pero no fue posible mantenerlos en él, lo que prueba un déficit de gestión porque alguno, sin duda, pudo quedarse. De los que se fueron libres y de los que, como dice el tópico, volvieron a sus clubes de procedencia. Las explicaciones del entrenador sorprenden en vísperas tan cruciales como las actuales, pero que sean bienvenidas por aquello de que las buenas gentes rojiblancas sepan a qué atenerse y no estén malinformadas, queja que sorprende cada vez que sale de la boca de algún responsable rojiblanco. Entre la mala información y el fondo y la forma, uno ya se pierde en los vericuetos de la nueva teoría de la información que emana de Mareo y predios cercanos. Señor, ten piedad.

Osasuna, damas y caballeros, señoras y señores diputados, no va a tener piedad de un Sporting necesitado de puntos. Ahí, en esa visita, va a estar la clave de la evolución de los acontecimientos. El Sporting, y perdón por la autocita, tiene que llegar a las vacaciones navideñas con un número de puntos suficientes para haber dejado los amenazadores puestos de descenso. Para ello, la victoria de mañana es imprescindible. No valdrán disculpas. Ni de la procedencia del viento, que no será Sur; ni de la labor arbitral, ni de la bandada de cigoreyas que pueda volar por encima del estadio. No habrá disculpa posible.

Quienes sí buscarán todas las disculpas posibles quizá sean los jugadores o responsables del Barcelona o Real Madrid que hoy van a jugar uno de esos llamados clásicos cargados no de morbillo, sino de profundo morbo. Del resultado va a depender en gran parte la evolución de la cabeza de la Liga. Por eso el morbo está garantizado y está adobado por la aparente crisis de juego y resultados que afecta al equipo de Luis Enrique. Partido en la cumbre, que abrirá una tarde cien por cien futbolera.

En el regreso a las grandes praderas rojiblancas ya sólo queda esperar por la cita de mañana con la presencia de un rival clásico al que el cambio de entrenador no le ha significado un cambio en la dinámica de los malos resultados. El mantenimiento de las buenas costumbres, siempre; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿quiénes son los siete jugadores rojiblancos que cobran el salario mínimo de Primera División? Próxima parada, Capuchinos.

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