De entre los triunfadores del Sporting en su importante victoria de ayer es fácil escoger a dos jugadores que hasta ahora aparecían poco o nada en las alineaciones. Uno, Carmona, no sólo por sus goles, pero desde luego que también por ellos. Carmona no es rápido y esa carencia se penaliza mucho en Primera División. Pero tiene recursos y ayer demostró además valor. Porque fue valiente en los dos goles que marcó. En el primero, jugándose la cara al adelantarse para ganar la posición en la disputa de un balón por arriba. Y en el segundo al atreverse a intentar un toque sutil como respuesta al pase de Isma López que le situaba ante Nauzet, algo parecido a lo que había hecho una semana antes en el Bernabéu. El otro olvidado era Douglas, que, de parecer no contar, lleva camino de conquistar al público, que, por ejemplo, coreó alguno de sus regates, de pura fantasía brasileña. Pero Douglas tiene algo más. Es rápido, sabe apoyar y desmarcarse y cuando le llega una oportunidad, como ayer, sabe sacrificarla con solvencia.
