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El reto es la continuidad

La jornada europea dejó la debacle parisina del Barça como titular más destacado y la consiguiente pregunta de si se está acabando un ciclo en el equipo catalán, porque peor que el resultado fue el juego y la incapacidad, sálvese a Neymar y Ter Stegen, de respuesta de los de Luis Enrique y de él mismo; y dejó igualmente y en contraposición el buen mando de Zidane para esquivar obstáculos y contratiempos (0-1 de Insigne en el minuto 8) que pone a los blancos en prometedora posición para la vuelta, por más que en Europa un gol en contra a domicilio siempre abre la puerta a disgustos. Y como las buenas noticias, como sucede con las malas, no suelen venir aisladas sino en racimo, Bale regresa. No fue tan favorable la cosecha en la Europa League con un Villarreal vapuleado, el Celta contra corriente (0-1) y el Athletic con un inquietante resultado (3-2) para visitar Chipre.

El siete de siete que se había conseguido sacar adelante en Europa es de temer que sufrirá reducciones importantes; ahora faltan por entrar en escena la semana próxima Sevilla y ese Atlético de Madrid que viajará hasta Alemania para medirse al Leverkusen el 21, pero que no quita ojo a la Liga en la que no renuncia a la tercera plaza. Visitante de lujo, y de temer, en El Molinón a donde llega con tres bajas de calibre como son las de Juanfran, Oblak y Godín, por más que sus repuestos no sean piezas menores. Ahí espera un Sporting que vive bajo los efectos del alegrón de Butarque y con la vista clavada en el trío que lo precede, y principalmente Leganés. Ese es su primordial haber, y en el debe está que el juego en Madrid no se puede calificar de muy esperanzador, aunque lo fuera el 0-2, y que la labor de Estrada dejó los temidos ya de antemano daños colaterales con las sanciones a Carmona y Mariño. El reto se llama continuidad.

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