Tras el empate en Pamplona por culpa de una calamitosa actuación arbitral, el Sporting recibió al Espanyol, un equipo que está realizando una buena temporada. Los rojiblancos salieron a por la victoria y salvo un par de despistes defensivos, dominó el primer tiempo en el que Víctor consiguió el 1-0 de falta directa.
Lo más difícil estaba hecho, pero el equipo se echó atrás tras el descanso, de una manera incomprensible, cediendo terreno al rival. Fueron diez minutos letales, con graves errores defensivos, hasta que llegó el gol visitante. El Sporting reaccionó y de aquí al final, una lucha y un empuje constante con varias ocasiones pero que los nervios y la precipitación impidieron que se moviera el marcador. Al final, una pena, pues se pierde otra buena oportunidad.
Cada vez queda menos y seguimos en manos del Leganés. No obstante, mientras haya posibilidades habrá que intentar ganar como sea. Lo único que pido es que el árbitro sea imparcial de aquí al final, pues el equipo lleva varias temporadas jugando contra doce y así es imposible.
