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Ciclismo / Giro de Italia | Análisis

Dumoulin, justo vencedor

Nairo Quintana, triunfador de la etapa reina de la Vuelta a Asturias en El Acebo, demostró que llegó al Giro de Italia con buena preparación, pero sin estar a tope, como es su condición de mejor escalador del mundo. Y, al final, su segundo puesto en el Giro de Italia se le puede casi considerar un triunfo, porque rindió muy bien en la crono llana final del domingo, donde Nibali estuvo a punto de quitarle el segundo cajón de Milán y se temía que Pinot y Zakarin, que los dos últimos días estuvieron muy activos en montaña, le dejaran fuera del podio en la crono.

Solamente Nairo estuvo en su papel de arrollar en montaña el quinto día en el final en el Blockhaus. Luego, el colombiano supo torear ante las dificultades ante un triunfador final como Dumoulin en la llegada a Oropa o en las etapas finales de las Dolomitas, donde el holandés pasó apuros (en una ocasión por cagalera y otro por quedarse atrás para orinar) aunque le salvaron sus paisanos Mollema y Jungels.

Precisamente, en estos últimos días, Dumoulin mostró raza de campeón sabiendo sufrir mucho en las montañas y también marcando de cerca a Nairo Quintana y Nibali, consciente de que son campeones que ya saben triunfar en Vuelta y Tour y debía atarles de cerca. Esto lo supieron aprovechar bien Pino, Zakarin y Pozzovivo para remontar en la general y poner en peligro a los tres primeros de la general.

Así que, después de la exhibición del domingo en la crono, Dumoulin es el vencedor justo del Giro del Centenario. Tuvo sus errores, pero no cometió uno tan grande como perder la Vuelta a España de 2015, cuando en la última etapa de montaña en La Morcuera no supo frenar el zafarrancho. Aprendió bien aquella lección. Por lo demás, a Nairo Quintana se le notó que llegó a un 70% de sus fuerzas, porque sabe que luego tiene el reto del Tour de Francia y en esta ocasión no le valió para ganar y se quedó con la miel en los labios desde el segundo puesto.

Y eso que su equipo, el Movistar, hizo una exhibición defendiéndole y, por eso, ganó la clasificación por equipos. Tampoco debemos olvidar los triunfos de etapa españoles de Gorka Izaguirre, Omar Fraile y Mikel Landa. Este último, sin el accidente con la moto, hubiera estado entre los cinco mejores y eso que cometió errores de juvenil para ganar otras dos etapas, pero acaba como la gran figura al ganar también la montaña y tomarse la revancha en su final de etapa en Piencavallo.

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