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Pablo González

La hora de Bale

El galés tiene en Macedonia la oportunidad de zanjar los rumores sobre su salida y el debate sobre su fragilidad

Bale tiene hoy ante el United de Mou la oportunidad de zanjar los rumores sobre su salida para hacer sitio a Mbappé y comenzar a tapar las bocas de aquellos que lo critican por su físico de cristal. Y es que el galés viene de una temporada irregular en la que se perdió todos los grandes partidos que disputaron los de Zidane, finales incluidas. Ahora, con Ronaldo recién llegado de las vacaciones, y juegue o no el luso ante los ingleses, Bale debería ponerse al frente del equipo y, en su quinta temporada en el Real Madrid, presentar de una vez su candidatura a ser el sustituto del portugués. Lo contrario sería quedarse con la idea de que el británico va camino de ser un nuevo Robben, con tanta calidad como irregularidad. Para ello deberá ayudar a tumbar a los "diablos rojos" de Mou, que ayer esparció todo lo que pudo el contenido del tarro de sus esencias para tratar de ganar la guerra psicológica. Primero disparó afirmando que si el Madrid abre la puerta de salida al galés, él estará esperándolo al otro lado. Luego, dándole un palito al club, del que dijo que cuando él llegó a Chamartín "no era ni cabeza de serie" en la Liga de Campeones. La réplica no tardó en llegar desde el lado merengue. "La diferencia son los títulos que hemos ganado con Mou y con Zidane", zanjó Marcelo. Quien no cayó en la trampa fue Zizou, que prefirió callar a la espera de que hoy Bale y el resto de sus chicos hablen sobre el césped.

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