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Fondo Norte

Ocasión perdida en Luanco

El Sporting no mostró ante el Racing de Santander las mejoras apreciadas en pasados amistosos

El Sporting despachó en Luanco su penúltimo compromiso veraniego a la espera de cerrar la pretemporada pasado mañana en Palencia ante la Real Sociedad, que no será rival oficial en la próxima temporada por culpa del doloroso descenso rojiblanco. El Sporting, con dos alineaciones, como siempre en los ensayos que lleva a cabo en estas semanas, no pasó del empate ante un equipo de categoría inferior, Segunda B, el Racing de Santander, que va a pelear un año más por el regreso a Segunda. Fue un partido con dos goles de penalti y pocas oportunidades de gol. Herrera, que sabe latín, sacó una formación inicial con los dos pivotes que pasan por ser los clásicos, Sergio y Bergantiños, y dos delanteros, Stefan Scepovic y Carlos Castro. No fue la tarde de ayer la de las dos parejas porque los pivotes cortaron mucho juego, pero apenas crearon, y los delanteros confirmaron una vez más que este Sporting no se amolda a los dos delanteros ni con agua caliente.

Cuando salió la chavalería rampante en el segundo tiempo siguieron faltando ocasiones de gol, pero el juego fue más fluido, gracias, entre otras cosas, a la aparición de Nacho Méndez, la actual joya de la corona rojiblanca. El chaval es ya un sólido centrocampista que se ofrece en cada balón y que sube y baja con decisión. Un jugador box to box, que dicen los ingleses y que repiten los habitantes del paraíso de la cursilería.

Y todo lo anterior en un campo, el Miramar, sede del Marino de Luanco, que tiene el mejor presidente del fútbol asturiano, el que dice ser y llamarse Luis Gallego. Quedan pocos dirigentes del talento y capacidad de trabajo del luanquín, que para empezar tiene un espléndido terreno de juego, envidia del fútbol español. Y todo esto en el día en el que se anuncia la llegada de Xandao, un central brasileño con larga trayectoria. En el vídeo promocional que ayer reproducía la página web de este periódico da la impresión de ser un jugador hecho y derecho, todo un refuerzo. Bienvenido sea un central que, según el citado vídeo, es de los jugadores que sacan los córneres y los remata, en cariñosa referencia a la vieja broma.

Lo que no parece broma, sino antología del disparate, es la postura adoptada por el Barcelona con Neymar. No le dan el transfer hasta que cobren los 222 millones de euros que ha costado el jugador. ¿Es que el cheque que depositaron los abogados del jugador en el club no tiene fondos? Bartomeu enseña un comportamiento de club pueblerino. Mientras, en la acera de enfrente, sigue la fiesta.

Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio cuántos clubes están interesados de verdad en el portero Dani Martín, que pide paso a gritos? Próxima parada, Capuchinos.

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