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Demasiado descrédito

La diferencia entre un positivo por dopaje y una anomalía

El nuevo caso de una alta concentración de salbutamol, más conocido en las familias por el Ventolín que utilizan los hijos y ancianos cuando respiran mal, carga con mucho descrédito al ciclismo al verse implicado Chris Froome, que es el dominador de cuatro Tours de Francia y también de la última Vuelta España.

Una vez más, cuando en los medios de comunicación aparece "positivo por dopaje", a los ciclistas se les tacha una y otra vez de drogadictos, sin detenerse a analizar cómo sucedió y qué tipo de producto aparece en la analítica. Así que habrá que explicar claramente que está bien castigar -y se debe- por uso de cocaína, hormonas, anabolizantes... y no por el famoso Ventolín de los niños, aunque al público en general le parezca lo mismo una cosa que la otra.

Primero hay que dejar claro que para poder tomar Ventolín o salbutamol el ciclista debe pasar un año antes por un estudio exhaustivo con médicos especialistas para determinar cuántos problemas de respiración tiene, y, acorde a esa cantidad de asma que padece, proponerle un tratamiento. En el Hospital de Avilés había un gran especialista por donde pasaron hace años varias figuras nacionales e internacionales para buscar ese salvoconducto.

Todo ese estudio era y es enviado a la Unión Ciclista Internacional (UCI) para que dé el visto bueno para poder tomar Ventolín en carrera, que en muchos casos también es denegado. Y luego, ya en competición, el ciclista en días en los que tiene problemas respiratorios por alergias o asma puede inhalar el salbutamol para que sus bronquios cerrados ventilen mejor.

En el caso de Froome sucedió antes de llegar a las etapas de Asturias, cuando venía atravesando un fuerte catarro, impresionando su forma de toser al final de cada etapa. Lo pasó terriblemente mal en el temible final cántabro de Los Machucos en una jornada de lluvia y frío, cediendo hasta 42 segundos. Y al día siguiente en Santo Toribio de Liébana también sufrió de lo lindo el líder, aunque pudo seguir a Contador, que tomó 20 segundos a los otros rivales. Fue este día cuando Froome, junto a la exhibición en el Angliru, se adjudicó su primera Vuelta a España. Y ahora llega la "bomba" contra Froome de una posible sanción por tener en su cuerpo muy alta la concentración de salbutamol, lo que es echar con demasiada rapidez más mierda sobre del ciclismo. No se tiene en cuenta que no es un positivo por doparse como mucha gente piensa. Y me explico. Cuando se utilizan hormonas, corticoides, EPO o anabolizantes, se busca conseguir un rendimiento físico extra por encima de las capacidades. Mientras que con el salbutamol, siempre que la UCI lo hubiera permitido tomar, se busca tener una mejor ventilación para poder rendir lo mejor posible, pero dentro de sus propios límites.

Una diferencia bien evidente y notable al camino del dopaje por el que optan algunos tramposos, tal y como sucede en determinados casos y en todas las disciplinas del deporte profesional. Y de ahí que médicos especialistas sepan diferenciar bien unos medicamentos de otros y también cuándo es dopaje o no. Hasta el punto de que la UCI no lo considera un positivo, sino una anomalía y por eso en otros casos no impone sanción o si lo hace son de tres a seis meses, en lugar de los dos o cuatro años cuando se trata de un verdadero positivo. Lo normal es que a Froome, tras un exhaustivo estudio de su caso, le dejen correr el próximo Tour para ver si llega también a conquistar los cinco de Merckx, Anquetil, Hinault e Indurain. Y que se acabe de una vez con tanto espectáculo mediático y tanta hipocresía.

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