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Eloy Méndez

Pase al hueco

Eloy Méndez

Mejor aún de lo que parece

La igualdad en Segunda y el protocolo de actos de los jugadores

Se ha dicho en los últimos días que al Sporting le está costando demasiado sacar adelante sus partidos. Que sufrió lo indecible para doblegar al Reus, al Valladolid y al Albacete y que el empate en Cádiz fue poco menos que una moneda al aire. Es la lectura fácil de quienes ven el fútbol de Segunda con ojos de Primera o hasta de liguilla de Champions, donde apostar por los favoritos suele ser garantía de llenar los bolsillos. Pero la categoría de plata se mueve en otras coordenadas.

Sólo hay que mirar alrededor. El Huesca y el Rayo tampoco andan sobrados de resultados abultados ni de juego deslumbrante (quizás los madrileños estén ahora un pasito por delante). Por no hablar de los equipos situados a partir del cuarto puesto. Fallan más que una escopeta de feria, en muchos casos ante rivales de la parte baja. Que a nadie se le olvide que esta competición es igualada por definición, tanto que parece un invento para romper quinielas. Por eso, la racha del Sporting, basada en la consistencia, tiene un mérito descomunal. Sólo se puede explicar con seriedad en el banquillo, buen ambiente en el vestuario e ilusión en la grada.

De la grada acaba de salir un comunicado de la Federación de Peñas pidiendo mayor asistencia de los jugadores a sus actos. Es un texto inoportuno por el momento deportivo, aunque abre un debate que conviene retomar tras la temporada en torno a la gestión de la imagen de los futbolistas que compete al club y las relaciones que mantiene la directiva con los diferentes colectivos que forman parte del sportinguismo, muy dispares. De todas formas, lo que toca ahora es pensar en el Zaragoza, uno de los equipos del presidente de la Liga (el otro es el Hueca), según su evitable testimonio. Que no se note.

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