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Pablo González

Ni a los dados ni al fútbol

Los de Baraja deben de acordarse otra vez de ganar para asegurar el play-off

Muy mal lo debe ver una parte del sportinguismo cuando en la previa del partido ante el Granada de hoy la tropa, encabezada por el pater Fernando Fueyo, se plantó en la ermita de La Providencia -sitio muy de moda estos días por el polémico picadero en el antiguo campo de tiro del Ejército-, vistió a los santos y decoró el altar con toda clase de merchandaising rojiblanco para pedir por Quini y por el ascenso a Primera de los de Baraja. Aunque cualquier tipo de ayuda nunca viene mal, si hay que tirar del santoral para que el Sporting cumpla con su parte, que es ganar a un equipo que prácticamente no se juega nada salvo milagro de los gordos, es que algo falla. Será que el juego del equipo ha dejado de convencer, que las tres derrotas consecutivas han rebajado la euforia y que no hay muchas esperanzas de que el Rayo siga desperdiciando oportunidades para asegurar el ascenso directo.

Y aunque retornar por la vía rápida a Primera bien valdría, como París, una misa -ahora sus organizadores afirman que lo de La Providencia no fue un acto religioso, no vaya a ser que alguien se mosquee en el Arzobispado- más vale fiar el objetivo a que los mortales y pecadores cumplan con su parte y dejar los refuerzos divinos para otro momento. Sobre todo, porque si Dios, como decía Albert Einstein, no juega a los dados con el Universo, tampoco parece que le dé mucho por el fútbol.

De este modo los rojiblancos tendrán que acordarse de nuevo de ganar, y asegurar así definitivamente el play-off, por sus propios medios, recuperando la mejor versión de Jony, la puntería de Santos y la solvencia de Sergio. Los guajes de José Alberto mostraron ayer el camino tras deshacerse a lo grande del Cornellá. Un pasito hacia Segunda dado. Ahora quedan otros cuatro en las dos eliminatorias que restan para llegar a la meta.

En el caso de los mayores lograr los tres puntos ante el Granada servirá también para afrontar sin agobios el último partido de la temporada regular. Si el Huesca anuncia que irá a Oviedo a tomar unas sidras una vez logrado el ascenso a Primera la semana pasada -y tras el que Rubi anunció que no seguirá ya que parece que prefiere un equipo asentado en Primera como el Espanyol-, el Sporting puede aprovechar la visita al Córdoba de Sandoval en la última jornada para meterse pa´l cuerpo unos Montilla-Moriles y unos caracoles con salmorejo, y oxigenar cuerpo y alma de cara al primer partido del play-off. Sería un bonito día en Córdoba esperando a conocer con qué equipo tocará jugarse el cocido, y saber si el club tendrá que fletar un chárter o si al final se consuma la tragedia regional y valdrá con el cercanías correspondencia C-1 Villabona-Tabladiello. Entonces sí que habrá que pedir refuerzos al de arriba, juegue o no a los dados.

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