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La calle de Pi y Margall

Cuarenta años después del fin de la noche franquista, es lamentable el olvido en que pervive una parte importante de la Historia

En nuestro concejo hay lugares con mucho simbolismo histórico pero por desgracia esa significación es desconocida para el gran público. Uno de ellos es la céntrica calle de los Moros. En ella fue establecida en 1850, por un grupo de obreros del vidrio y la loza, la primera logia asturiana, "Los Amigos de la Naturaleza y la Humanidad", que se adscribiría a la obediencia del Gran Oriente de Francia. Por entonces las sociedades secretas de la masonería constituían el refugio natural de los agitadores del libre pensamiento.

Más tarde, durante la época caciquil de la Restauración borbónica, el primer Centro republicano que contra viento y marea abriría sus puertas en Xixón también estuvo situado en esta calle. En aquel espacio precisamente celebraba sus reuniones el comité local del Partido Republicano Democrático Federal (PRDF), una fuerza política escasamente conocida en nuestros días a pesar de su profunda implantación en la sociedad asturiana ente los años 1868 y 1936.

El principal ideólogo y dirigente del PRDF fue el intelectual catalán Francisco Pi y Margall, que desde una concepción de los derechos ciudadanos como naturales (inherentes a la misma dignidad de la persona humana) e ilegislables (anteriores y superiores a toda legislación positiva de los poderes públicos) desarrollaría un proyecto extraordinariamente avanzado para su tiempo. De hecho el impacto de las ideas piimagallianas fue fundamental en la articulación política de las clases populares más allá del motín espontáneo.

A través tanto de la movilización de masas como del asociacionismo privado los "federales" estructuraron un marco especialmente amplio de prácticas radical-democráticas, en el cual la política dejaba de ser el privilegio de unas elites para ser ejercida por quienes no tenían voz propia en las instituciones liberales.

A partir del fallecimiento de Pi y Margall, producido en 1901, sus adictos en Xixón reclamaron constantemente que el Ayuntamiento asignara su nombre a alguna de las vías públicas de la ciudad.

El domingo 12 de marzo de 1911, después de muchos obstáculos por parte del Partido Conservador, lograron la realización de esta demanda. Así la calle de los Moros fue rebautizada en honor del tribuno.

El descubrimiento de la merecida placa fue precedido por una manifestación republicana, iniciada en Begoña, y por un acto de carácter cívico, con gran escándalo para la prensa derechista. Pero la lápida sería arrancada de la fachada de la casa de Riera en 1937 con motivo de la entrada de los militares golpistas, volviendo la calle a su denominación original.

En el momento actual, cuarenta años después del fin de la noche franquista, es cuando menos lamentable el olvido en el que pervive esta parte importante de nuestra Historia.

Tal vez algunos puedan plantear objeciones burocráticas a un nuevo cambio de nombre, pero en cambio no debería existir ningún impedimento a la simple colocación de una placa en homenaje y recuerdo de la figura del insigne prócer al igual que a la aportación de sus discípulos asturianos.

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