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Crítica / Música

Sister Cookie: simplemente correcta

La cantante londinense pasa por Gijón sin pena ni gloria

Era domingo por la tarde; nadie esperaba de ella que convirtiera la Plaza Mayor en una olla a presión, pero tampoco que pasara sin pena ni gloria. "Sister Cookie" es una cantante británica con una carrera incipiente, en plena proyección y, actualmente, inmersa en una gira europea, por eso cabía esperar mucho más de ella en el escenario, un poco más de entrega, de ganas, y un poco más de tiempo en escena, porque el concierto no llegó siquiera a la hora de duración, bises incluidos.

Lo tenía todo a favor: Semana Grande, buen tiempo, la plaza llena y un repertorio de clásicos del rythm & blues y el soul temprano con el que poder lucir sus cualidades vocales, pero al terminar el espectáculo era inevitable la sensación de haber dejado al público a medias y de haber perdido una ocasión para ganar adeptos en el que era su primer concierto en la ciudad. Los temas se sucedían, uno tras otro, de forma correcta: blues, soul, letras de espiritual, guiños de rockabilly; un repertorio de los años cincuenta y sesenta que la cantante interpretó acompañada de batería, contrabajo, guitarra y saxo, pero el resultado sonoro parecía deshilvanado, sin garra, y el efecto en el público fue acorde con el recital: mirada al frente y aplausos correctos tras cada pieza. Nada de ovaciones, pocas palmas y menos brazos levantados y bailes de los que cabía esperar.

La sorpresa llegó cuando, tras cuarenta minutos de concierto, comenzó a despedirse. Como "propinas" sonaron "Shakin all over" y "Hound dog". La noche aún no había caído y la música ya no sonaba en la Plaza Mayor; esto no tuvo nada que ver con lo que "James Taylor Quartet" había conseguido veinticuatro horas antes, y eso que en el programa de las fiestas esta "diva de la música negra" prometía. Lástima.

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