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Lovecraft y España (y Asturias)

Se cumplen 125 años del nacimiento del escritor, que en alguna de sus obras hizo referencias a la región

El escritor Howard Phillips Lovecraft (1890-1937) nunca estuvo en España. De hecho apenas salió de su país natal, de Estados Unidos. Allí nació, en la ciudad de Providence, el 20 de agosto de 1890, justamente hace 125 años. Su enfermizo amor a la soledad, y su temor a lo que pudiera ver si salía de su ciudad natal lo hicieron muy solitario y únicamente relacionado vía postal con un buen número de corresponsales, entre otros autores como Robert E. Howard, creador de Conan, o con Robert Bloch autor de "Psicosis".

Sin embargo, sin salir de su país, H. P. Lovecraft traspasó océanos y se convirtió (con los años, tras su muerte) en muy popular porque creó un estilo propio en el cuento de terror. Un estilo desde luego deudor de figuras como Edgar Allan Poe y Arthur Machen, pero verdaderamente original e inconfundible. Muy "lovecraftiano".

Escribió Lovecraft un par de novelas y unos sesenta relatos. También poesía, artículos en prensa y revistas (por ejemplo de crítica literaria), ensayos sobre viajes, sobre ciencia? En muchas ocasiones eran otros los nombres que figuraban en el encabezamiento, aunque, desde luego, los textos eran de su autoría.

Lo que hacemos ahora, para conmemorar ese siglo y cuarto de su nacimiento, es dar cuenta de las referencias sobre España, incluso sobre Asturias, que hace Lovecraft en su obra. No son muchas y seguramente debidas a sus lecturas sobre lo que para él sería un país exótico, aún más exótico que los cercanos del centro y sur de su continente; muy interesado, como estaba, en los mitos aztecas e incas.

En "Aire frío", que escribió en 1926, aparece la patrona de la pensión, en Nueva York, donde se aloja el protagonista como una mujer "barbuda y desaliñada, de nacionalidad española y de apellido Herrero", y el protagonista un tal doctor Muñoz que había recibido unos conocimientos relativos a la conservación mediante el aire frío (de hecho él mismo se conservaba así) de otro médico que Lovecraft hace nacido en Valencia, el doctor Torres. En otro relato, "La antigua raza", habla de la España de hace dos mil años con un protagonista, un cuestor llamado L. Caelius Rufus, que visita Calahorra, Pamplona y Tarragona.

En otros relatos como "La ciudad sin nombre" (1921) o "El horror de Dunwich" (1928) aparece la ciudad de Toledo como lugar de edición del "maldito y terrible libro de nombre Necronomicon".

En el año 1929 Lovecraft escribió "El montículo". Se publicó como si el autor fuera Zealia Bishop a quien Lovecraft había cedido los derechos, como hizo muchas veces por cantidades irrisorias pero para poder subsistir. En "El montículo" ("El túmulo" en algunas traducciones) aparecen referencias a Asturias ya que el protagonista resulta ser Pánfilo de Zamacona y Núñez, "hidalgo de la villa asturiana de Luarca" autor de un manuscrito donde se estudiaban costumbres indias y donde se describían misteriosas vidas subterráneas en México. En el transcurso de la historia incluso cita la llingua asturiana. Dice en el capítulo cuarto: "Primero trató de dirigirse a sus visitantes en el dialecto Wichita que había aprendido de Charging Buffalo, y al no obtener respuesta verbal, lo intentó sucesivamente en azteca, español, francés y latín, añadiendo fragmentos de su pobre y débil griego, de gallego y portugués, y del bable rural de su Asturias natal, como su memoria podía recordar".

Cuando Lovecraft murió en el año 1937 -enfermo, desesperado, solitario- no había publicado ningún libro aunque sí relatos en revistas como Weir Tales. Pero desde la década de 1960 se difunde mucho su obra y varias generaciones de lectores, en todo el mundo, en España también, lo consideran como un revolucionario de la literatura fantástica. Cualquier librería del mundo (y Gijón está en el mundo), está bien surtida de sus libros que se reeditan continuamente. Muchos cómics se basan en sus relatos, y no digamos nada de la difusión de Lovecraft si hablamos de internet.

Numerosos estudios hay sobre el autor americano, y media docena de tesis doctorales. Muchos expertos lovecraftianos por todo el mundo, en Asturias también. Por ejemplo, el ovetense Roberto García Álvarez autor en el año 2010 de una "Enciclopedia completa de H. P. Lovecraft" a todas luces recomendable.

En esos lugares donde se venden libros -llamados librerías- nunca falta Lovecraft. Y en las bibliotecas públicas de Asturias, con lectura gratuita, tampoco. Hay en ellas más de doscientos libros de y sobre H.P. Lovecraft, y muy gastados, muy leídos. Incluso se rumorea que en la Biblioteca Pública Jovellanos de Gijón se conserva, a buen recaudo, un ejemplar del "Necronomicon".

De esto último no doy fe, pero de todo lo anterior sí.

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