La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Profesor de Geografía e Historia

Libertad de elegir

La pobreza menguante, los versos satánicos y Gijón en rombo

Entre tantas malas noticias internacionales que nos afectan, que si guerra en Siria que si crisis de los millones de refugiados hacia Europa occidental, esta semana hemos conocido un dato significativo que de momento no ha merecido grandes análisis ni comentarios. La estadística de la ONU informa que los habitantes con pobreza severa han descendido por primera vez del 10% de la población mundial, considerando además que ésta en los últimos 50 años se ha más que doblado, pasando de unos 3.000 a unos 7.000 millones de pobladores. Cuando yo estudiaba el bachillerato hace unos 40 años, con motivo de las campañas humanitarias contra el hambre en el mundo, nos decían que 2/3 de la población mundial estaba subalimentada. Aunque los 8 Objetivos del Milenio para 2015 no se hayan alcanzado por completo, una reducción de la pobreza aguda del 60 al 10% de la población del planeta en medio siglo no es cuestión sin importancia, sobre todo valorando la perspectiva desde el círculo vicioso de la miseria en la Edad Media: hambre, peste, guerra y muerte a la vuelta de la esquina. Ahora 11 naciones que representan el 40% del PIB mundial, lideradas por los USA y Japón, han firmado un gran acuerdo de libre comercio en el área del Pacífico. ¿Esto es bueno o malo para ellos y para Europa? La diferencia está entre el uso y el abuso. Con una desregulación total, pierden los menos competitivos. No hablemos de anarquía financiera, sino de libertad para crear riqueza y prosperidad en una economía social de mercado. Cuanto más se venda y más se compre bienes y servicios, deberían a medio plazo ganar en conjunto.

El escritor británico de origen hindú Salman Rushdie, dadas sus críticas condenado a muerte por los islamistas de Irán, se presenta en el centro Niemeyer en Avilés. Ya decía el liberal Ortega que los ismos son peligrosos, pues tienden hacia el "sectarismo". Aunque el título "Los Versos satánicos" es provocador, y en nada consideremos como él a Tony Blair un fanático cristiano, tiene derecho a argumentar lo que quiera. No es cuestión de tal o cual religión, es cuestión de libertad humana. Que cada cual crea en Dios y la inmortalidad del alma, o no crea o dude, pero que no trate de imponer sus creencias a los demás, y mucho menos de manera violenta en nombre de la fraternidad, qué sarcasmo. Su nueva novela se abre con una cita de Goya: "El sueño de la razón produce monstruos", esto ya pasó durante la revolución francesa de 1789 con los de Robespierre que predicaban la Virtud y el Terror como sinónimos, y los de Napoleón sembrando de guerras Europa. No hay que adaptar la realidad y los datos a nuestros proyectos e ideas, sino nuestras ideas y proyectos a los hechos y la realidad. La ideología, si es ecuánime y tolerante, no es mala. Lo malo es la falta de ideas y la intransigencia. Cuando alguien se queda sin argumentos para convencer o aunar debe recurrir al dogmatismo y el tópico para acallar o boicotear. A corto plazo la paz puede ser preferible a la razón, pero a medio plazo la sinrazón no será ni tranquila ni fructífera.

Los tres grupos de la oposición municipal tienen su criterio: todos los barrios -incluido el populoso de La Calzada al oeste de la ciudad- a menos de 15 minutos de una estación (cuando se abra el "Metrotrén"). Si bien este planteamiento también permite tres matices. Primero, se ubique la estación central doscientos metros más acá o allá siempre va a haber barrios a más distancia, por ejemplo Viesques. Segundo, La Calzada en efecto tiene unos 20.000 habitantes, pero sobre unos 280.000 del conjunto de Gijón, donde el barrio más poblado es El Llano con unos 40.000. Tercero, La Calzada ya tiene apeadero de tren con su correspondiente andén para los usuarios de Cercanías, y para los viajes a larga distancia veinte minutos más no es un tiempo excesivo. ¿Y por qué no situar la estación central donde la antigua estación de Jovellanos? La propuesta de Foro y PP tiene un punto débil, pretendiendo situar la estación intermodal "más céntrica", al eliminar la estación de la plaza de Europa, dejan a los habitantes del Llano hasta Montevil lejos de la referencia. Eso de que la estación central más al norte esté más céntrica no tiene soporte geográfico. Si Gijón tiene forma de rombo, Cimadevilla no es el centro, sino la esquina superior del rombo, el centro real en cuanto a población y comunicaciones en coche está más bien hacia la calle Pérez de Ayala. Por ello un diseño equilibrado de la ciudad debería incluir a medio plazo, para completar el eje oeste-este, otro de norte a sur, por ejemplo un tranvía (en superficie, mucho más barato que un Metro subterráneo), desde la plaza de Europa hasta Montevil por la avenida de Schultz.

Compartir el artículo

stats