Afrontamos un mes en el que no vamos a levantar cabeza. Entre encuestas y debates electorales, los ciudadanos no vamos a tener un momento para respirar y pensar a quién dedicar nuestro voto en el ya inminente 20-D. Las noches de los lunes suelen ser buenas para los debates. Uno a tres, a cuatro fue imposible porque Rajoy se borró, abrió la lista de los debates, horas después de haber sido inundados por nuevas encuestas que no nos aclaran si Rivera sube a los cielos e Iglesias baja a los infiernos. Las noches de los lunes son buenas para los debates porque en ellas hay mucho consumo de televisión. A ver cómo se controla la audiencia del debate de anoche porque fue organizado por un periódico que lo metió en su web y que lo ofreció a las cadenas. Da la impresión de que los electores aún no estamos metidos en harina y que las audiencias fuertes son las que están por llegar. Por ejemplo, con el debate a dos entre Rajoy y Sánchez.
