Unas trescientas menores gijonesas pueden estar afectadas de violencia de género, según datos de la Fiscalía General del Estado. Para echarse a temblar y para preguntarse en qué mundo vivimos. La coordinadora del programa de atención a menores de Andalucía, Paola Fernández, declaraba ayer en este periódico que "nos llegan víctimas de violencia de género de 12 años". El gravísimo problema por lo que se está viendo no es cosa de esta o aquella ciudad o de esta o aquella comunidad autónoma; es un problema universal, al menos en España. Son datos que aterran y que llevan a pensar en el dolor y la soledad de las 350 menores gijonesas que lloran su situación en la soledad de su habitación. La ciudad se engalana para las próximas fiestas, pero en su seno existe una bolsa de niñas maltratadas que sin duda no estarán para fiestas. La sociedad ha de volcarse en la solución de este tremendo drama al que no hay político que se refiera.
