El cava catalán tiene que estar corriendo por los pasillos del grupo mediático que organizó el debate electoral de la noche del lunes: nueve millones doscientas mil personas lo siguieron en pleno puente de la Constitución que algunos participantes proponen reformar. Un éxito de público, se mire por donde se mire. Una confirmación de que la política sigue interesando a los ciudadanos, que el interés no es cosa de ahora, repasen las cifras de audiencia de Felipe González y José María Aznar en la década de los noventa. Ahora habrá que esperar a los datos del debate del lunes entre Rajoy y Sánchez, el cara a cara de la campaña. El debate, como siempre, lo ganaron todos. El que no lo ganó en el plató, lo ganó en las redes sociales o lo ganó porque lo dice el propio interesado. Lo más interesante está en resolver el enigma de si Rajoy acertó o no dejando el sitio a Soraya Sáenz de Santamaría. Ésa puede ser, es, la gran cuestión.
