No quiero hablar de política y no lo voy a hacer. Solo voy a hablar de lo que quiero, de lo que espero, de lo que deseo con toda mi alma. Desde luego quiero una España unida: totalmente. Solidaria con todas aquellas regiones que están sufriendo más, haciendo que aquellas que despilfarran dejen de hacerlo para ayudar a las que lo necesiten. Quiero también que nos hagan caso de una vez. Porque una de esas regiones o autonomías indefensas es la nuestra, que está abandonada de la mano de Dios, en todos los sentidos. Hasta el punto de que los líderes de los partidos emergentes, que tan de moda están para evitar este bipartidismo tan dañino, no se han dignado a pasar ni siquiera por aquí. Estamos aislados por tierra, mar y aire. Aislados en la mente de los políticos del futuro que no reparan en nosotros porque no merecemos la pena...
Y, ¡qué quieren!, eso me cabrea y mucho. Porque digo yo: nadie reivindica que la Reconquista la empezamos nosotros. Que los sarracenos, y mira que ahora podemos sacar pecho, no nos ponen el burka porque unos valientes los echamos a pedrades... Pues ni con esas. Y mira que tenemos para pedir hasta fueros especiales si quisiéramos, porque remontándonos a la historia no seguimos siendo "Al Ándalus" entre otras cosas gracias a nosotros, con lo que ya puestos tenemos más derecho que todas las autonomías juntas. Pero nada, parece que todos los políticos que recalan en estos lares miran (por cierto, como casi todos) para su ombligo y muy poquito para el de los demás. Quiero una buena educación para mis nietos, y gratuita, pero también que yo pueda elegir libremente (Dios me libre, quiero decir mis hijos) si los quiero llevar a un colegio junto a casa o al otro extremo de Gijón porque es un buen colegio. Que haya un cheque escolar y cada uno lo gaste donde le dé la gana: católico, musulmán, público, etc. Porque en el fondo eso es lo que todos queremos. Por eso existen colas en algunos colegios y otros tienen que cerrarse.
Quiero médicos que no te hagan esperar por una resonancia, hasta que te avisan y resulta que ya no la puedes hacer porque te has muerto (no es la primera ni la última vez que pasa), pero de siempre, en todos estos años. Quiero que respeten a los niños, a todos, con la televisión, con internet, que se den cuenta de que hay edades en las que no pueden ni deben asimilar determinadas cosas, que se respete su inocencia, que sigan siendo niños.
Que se endurezcan totalmente las penas para los pederastas, para los maltratadores, para los que abusan en su propia familia, que no salgan jamás de la cárcel, porque para esos yo pido y exijo la pena perpetua, esa que jamás en la vida se cumple. Y que se sea consciente de que la violencia no solo es de género, qué va, que se ejerce y cada vez más con los menores, que veo cada día más niños psicológicamente destrozados, con una vida marcada para siempre. Quiero que esos niños sean también protegidos porque se lo merecen. Y por eso quiero la perpetua. La quiero para esos monstruos, para los terroristas del signo que sea y piedad para el que roba cuando es drogadicto, que además, con la justicia tan ágil que tenemos, tiene que entrar en la cárcel diez años después totalmente recuperado.
Y quiero que se devuelva todo el dinero que nos han robado, los de la Gürtel, la Púnica, los ERES, porque es nuestro, es de toda la maravillosa gente que forma este país del que a pesar de todo me siento tan tan orgullosa. Y quiero (por pedir que no quede) que sea quien sea el ganador de este domingo, piense primero en España y luego en él, que de una vez por todas vea nuestras caras y no solo nuestros votos, nos mire a los ojos y nos diga: juro hacer cumplir la Constitución. Con todo lo que ello conlleva. Y le pido a Dios que no sea perjuro.
