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La olvidada casa real de Trastámara

Se cumple el 660.º aniversario del nacimiento del Infante Alfonso Enríquez, primer conde de Gijón

Se cumple el 660.º aniversario del nacimiento del gijonés, el Infante Alfonso Enríquez (Cimadevilla-Gijón 1355) I Conde de Gijón. Heredó el título de Conde de Noreña de Rodrigo Álvarez de las Asturias, que había fallecido sin descendencia, al ocupar Alfonso Enríquez una posición predominante en la nobleza asturiana por ser el hijo mayor del rey -aunque natural- y de Elvira Íñiguez de la Vega. Fué armado caballero por su padre el rey Enrique II en Santiago de Compostela y recibió el título de I Conde de Gijón y Conde de Trastámara. Ostentó estos otros: Señor de Ribadesella, Villaviciosa, Nava, Laviana, Cudillero, Luarca y Pravia. Señor de las dos Babias y Argüellos. Señor de Paredes de Nava, Sahagún de Campos, Valencia de don Juan, de Cabrera, y de Ribera de El Bierzo, entre otros títulos nobiliarios y territorios.

Sobrino de Pedro I el Cruel, hijo de Enrique II el de las Mercedes, hermanastro de Juan I y tio de Enrique III el Doliente, todos ellos de la Casa Real de Trastámara, emparentada con las Casas de Borgoña y de Braganza y de Lancaster. La última de los Trastámara fue Juana I la Loca -hija de los Reyes Católicos- que casó con Felipe I de Habsburgo el Hermoso, introduciéndose de esta manera "los Austrias" en España. La casa Real de Trastámara "produjo" reyes a Castilla y León, Aragón, Navarra, Portugal, Valencia, Mallorca, Sicilia y Nápoles, e indirectamente a Brasil.

Alfonso Enríquez intervino en diferentes hechos políticos y bélicos en relación a España, Francia, Inglaterra y Portugal, incluida la guerra europea de los Cien Años. Casó en Burgos con Isabel de Portugal, y fue padre Pedro de Noreña (en Portugal, Noronha) -seguramente nacido, también, en Gijón-, Obispo de Évora y después Arzobispo de Lisboa.

El Infante Alfonso Enríquez jugó un papel preeminente en la guerra de sucesión castellana como pretendiente al trono. Y como consecuencia del Pacto de Bayona se creó el título de Príncipe de Asturias en su sobrino Enrique III casado con Catalina de Gante, nieta de Juana Manuela -hija de don Juan Manuel, a su vez hijo de Alfonso X el Sabio- y de Juan de Gante -Duque de Lancaster- casado con Constanza de Trastámara, para establecer la paz con Inglaterra. En el año 1270 el rey Alfonso X habia otorgado a Gijón Fuero y Carta Puebla, por la importancia estratégica de su puerto defendido por el imponente bastión amurallado de Cimadevilla.

También como consecuencia de aquellas guerras y litigios -en el callejero de Ceares figuran los nombres de Alto del Real, Fuente del Real, Enrique III, la Cruz de Ceares, el Sucu- fue destruido Gijón y arrasado el baluarte condal en Cimadevilla; desposeyéndole el rey de los títulos de realengo de Conde de Gijón y de Noreña, pasando los mismos al Obispo de Oviedo Gutierre de Toledo. Y desde entonces éstos han sido ostentados por el que ocupase la Sede Ovetensis. El último Obispo de Oviedo que formálmente lo utilizó fue Francisco Javier Lauzurica Torralba al pedir la Santa Sede en el año 1951 que los clérigos renunciasen a este tipo de honores; su sucesor Vicente Enrique Tarancón ya no lo utilizó tampoco tras el Concilio Vaticano II.

La efigie del Infante Alfonso Enríquez es la histórica y tradicional en la heráldica municipal gijonesa, en lugar de la del rey Pelayo que es más moderna. La antigua bandera de Gijón se encuentra protegida en una urna en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Gijón para su exhibición. Dicha heráldica gijonesa es la que aparece en las placas que dan nombre al callejero en las zonas antiguas de la ciudad.

Curiosamente, este año en los cursos de la Universidad Popular de Gijón se ha llevado a cabo en el Antiguo Instituto Jovellanos de Gijón uno titulado "Una dinastía olvidada: los Trastámara".

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