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Terrorismo incendiario en Asturias

El centenar largo de incendios que han asolado Asturias esta semana es algo sin precedentes. La simple suposición de que hayan podido ser intencionados en su mayor parte es de una gravedad suma, porque han puesto en peligro real la vida de persona y sus bienes y herido muy gravemente el paisaje natural de la zona occidental. Una verdadera tragedia ecológica y medioambiental. ¿Cómo es posible que próximas unas fiestas tan entrañables como las de la Natividad del Señor, mentes criminales hayan causado tanto mal a esta bendita región tan singular por tan maravillosa, que presume en su reclamo turístico ser paraíso natural? El Gobierno del Principado no se debe de conformar con declaraciones de supuesta intencionalidad humana, sino pedir toda la ayuda necesaria no sólo al Gobierno español, sino también a la UE.

La tragedia incendiaria se agrava porque se ha producido en el día de reflexión para las elecciones del 20-D. ¿Lo habrán aprovechado los presuntos autores para decidir su terrorismo incendiario? ¿Se debe imponer la pena máxima a los autores probados? La respuesta no es la demagogia ni el populismo irresponsable por incendiarios políticamente. Asturias no puede convertirse ni en un erial, ni en un páramo desértico, porque ni nosotros ni nuestros hijos lo merecemos. Después de unos resultados electorales tan sorprendentes, con los que los grandes perdedores son el PSOE e IU, los políticos asturianos sin excepción deben preocuparse no de sus poltronas o de sus pactos sino de luchar por el bien común de los asturianos. Ahora toca apagar los efectos terribles que han dejado los incendios entre los asturianos más olvidados que viven de la ganadería, la agricultura, y la floresta.

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