La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Veinticinco años

Bodas de plata de un proyecto radiofónico emblemático en Gijón

Hace veinticinco años que desapareció la antigua Radio Minuto de Gijón y, de un día para otro, en Año Nuevo, apareció en su lugar Radio SER Gijón. Una radio fórmula daba pie a una radio de las llamadas convencionales. El proyecto Radio Minuto se había convertido en un éxito radiofónico en escasos siete años de vida, pero, curiosamente había funcionado bien del todo sólo en dos lugares: Barcelona y Gijón; así que los directivos de la cadena decidieron cambiar de producto como quien se cambia de boina. Coincidía que de nuestro pueblo había desaparecido hacía unos años la franquicia de la SER y el único poste con el que contaba la radiodifusora en la comarca era la del 96.5; la decisión fue la normal entonces: con la entrada del primer día de 1991, de los diales asturianos desaparecía Radio Minuto y aparecía SER Gijón. Quede para la historia que el último locutor que hizo el turno de servicio para aquel Minuto fue Andrés Vega.

Y, con la aparición de Radio SER Gijón, apareció uno para sumarse al equipo existente. Un grupo de excelentes profesionales que, entonces, estaban ligeramente desconcertados pues la mayoría de ellos, éramos tan jóvenes entonces, habían dedicado todos sus afanes en las ondas a fabricar una radio fórmula, por lo que aquello de los programas en los que la voz primaba sobre la música era nuevo para ellos. De un día para otros, ellos, bregados en mil batallas, pasaban, eso creían, a la categoría de becarios. ¡Qué equivocados estaban! Al tratarse de excelentes profesionales su adaptación fue inmediata: de medir sus parlamentos para ajustarlos a las entradillas de los discos, pasaban a realizar parlamentos más extensos, se tuvieron que sumergir en el género de la entrevista en lugar de pedir a sus entrevistados presenciales o telefónicos que sintetizaran sus respuestas en treinta segundos, a tratar con los oyentes en antena y no sólo desde una redacción que, acostumbrada a la inmediatez, pasaba a tener además que realizar los informativos locales al uso en los que resumía la actualidad de una mañana, de una jornada o, incluso, bien tempranito del día anterior con las previsiones de lo que iba a pasar en el día que apuntaba.

Allí me encontré con gente maravillosa que peleó por conquistar el favor del oyente, cosa que pronto se logró. Alguno nos falta ya, como Paco Seijo, excelente locutor que, pese a su juventud, tenía muchas vidas detrás como haber sido empleado de pizzería en Londres o guardia civil en las Vascongadas en los años del plomo, pero con un amor por la música y un conocimiento de todos los géneros del pop y el rock que te podían dejar pasmado. Y junto con él, la muy sensible Toni Rodero o la lanzadísima Montse Martínez y el ya mencionado y reposado sicólogo Andrés Vega. Con los hermanos Poncela, Nacho y Pachi, en la redacción a la que se sumó primero Ana Nicieza y luego Marta Reyero. Con un Rafael Cuesta en el departamento comercial que lo vendía todo para pronto volar a su propio negocio y dejar en su lugar a Pablo González-Palacios, actual director de la emisora. Y Manfredo Álvarez en los deportes, llegado de la irreverente Radio Kras, lleno de sano sportinguismo y unos jovencísimos becarios alrededor como aquellos primeros "jóvenes y campeones", Juanma Castaño y Ricardo Rosety, pronto devenidos, a su vez, en magníficos informadores deportivos. Con el técnico Marcos Puerta y con Joaquín Fernández-Carvajal que era ya algo más que el administrador. Todo aquello claro está, tenía un alma; toda empresa necesita una cabeza: un magnífico director, Javier Asenjo, que supo hacer número uno una radio fórmula como Minuto y antes los 40 Principales y luego una radio de toda la vida como SER Gijón.

A pesar de pertenecer a una cadena, la filial de la gran cadena en Gijón parecía sólo de aquí. Una anécdota describe la situación. Tan magníficamente se ensamblaba la programación local con la nacional y tal era la calidad del producto local que la madre de una de aquellas compañeras de entonces le comentó un día: "mucho se habla ahora de Gijón en la SER". Hasta tal punto se insertaban los tramos locales y nacionales.

Los que salen mal en el EGM suelen poner en solfa el sistema de medición. Es imperfecto, pero todos están de acuerdo en que indica perfectamente una tendencia y esa tendencia indica desde hace lustros que SER Gijón es la emisora preferida de la mayor cantidad de oyentes en la comarca y en Asturias. Orgulloso de haber colaborado en ese sensacional proyecto, vaya nuestra felicitación por sus bodas de plata. Que los éxitos sean por muchos años.

Compartir el artículo

stats