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Concejala del PSOE

Conformarse

La "zanahoria" con la que el gobierno local consigue el apoyo de Xixón Sí Puede a sus proyectos

Conformarse: convenir con una persona, ser de su misma opinión y dictamen; darse por satisfecho con algo.

Exactamente lo que Xixón si Puede (XSP) ha hecho con el Festival Arcu Atlánticu. Su posición cuando fue presentado por primera vez a mediados del mes de marzo fue contraria. Los votos de PSOE, IU y XSP obligaron a una reticente Concejala de Cultura a repensar el proyecto. Tardó mes y medio en convocar una nueva Junta Rectora, que tuvo lugar el pasado viernes. En ella se nos presentó un documento en el que, como en un cajón de sastre, se enumeraba una actividad tras otra, abrigadas todas bajo las palabras de moda: transversalidad, ciudadanía, participación... Términos de obligado uso en cualquier proyecto presentado por el equipo de gobierno y susceptible de ser apoyado por XSP. La alcaldesa y sus concejales lo saben. Y lo utilizan en su juego político. No creen en ninguno de esos conceptos. Pero han comprobado en numerosas ocasiones que es poner esa zanahoria en cualquiera de sus propuestas e inmediatamente obtener el respaldo que necesitan en su permanente huida hacia adelante.

Así pues, habrá Arcu Atlánticu. Gracias al cambio de criterio de Xixón Si Puede y a pesar del voto en contra de PSOE e IU. Sin embargo, es curioso comprobar cómo cuando un grupo se mantiene firme en su postura y fiel a sus criterios, es acusado de entorpecer la vida municipal. Igual de curioso que es comprobar que quienes bajaron del Olimpo a cambiar el mundo, se conforman con que les cambien cuatro comas y dos párrafos para variar su opinión.

Efectivamente, el grupo socialista se mantiene convencido en su postura contraria a esta forma de plantear un Festival que detraerá de las arcas municipales no menos de 250.000 euros en un momento en el que no debería ser una prioridad para la Fundación Municipal de Cultura, que debería centrar todos sus esfuerzos en mejorar la red de bibliotecas, en aumentar la oferta de cursos de la UP, en trabajar intensamente en la creación y captación de públicos para la cultura, en ponerse al día en el diseño e implementación de programas culturales innovadores, en incrementar las partidas presupuestarias para entidades culturales que trabajan a lo largo de todo el año para sacar adelante proyectos mucho menos glamurosos pero de mucho mayor calado para la ciudad, en reforzar el exitoso trabajo que se realiza desde el Taller de Músicos, en incrementar los presupuestos de Festivales ya consolidados y de reconocido prestigio? A modo de ejemplo, Feten (Premio Max por su contribución a las Artes Escénicas) ha tenido este año, en su vigesimoquinta edición, un presupuesto de 229.000 euros y el Festival de Música Antigua, que celebrará este año su decimonovena edición, sale adelante año tras año con un presupuesto de 57.000 euros. Son sólo dos iniciativas que nadie puede poner en cuestión dado su nivel de calidad, su arraigo en la ciudad y su prestigio fuera de ella. Por estos agravios comparativos no podemos ser partícipes de esta farsa de planteamiento cultural.

Lo que si defendemos es que la cultura atlántica tiene que tener su espacio en nuestra ciudad, formar parte de ella, de su idiosincrasia y de su sentir. Como era, por cierto, hasta hace pocos años, de la mano de asociaciones culturales que durante todo el año trabajaban por mantenerla y para las que la realización de un festival en los meses de verano era la culminación de un trabajo serio, intenso, prolongado en el tiempo y no una actividad aislada y puntual.

El Festival Arcu Atlánticu está muy lejos de parecerse, por múltiples razones, al Intercético de Lorient, al Celtic Connections de Glasgow, el Pirineos Sur de Jaca o el Festival Folklórico de los Pirineos, festivales hacia los que dirigir la mirada si realmente se quiere poner en marcha una iniciativa de calidad y salir del ensimismamiento cortoplacista y chapucero con el que este equipo de gobierno gestiona la cultura en esta ciudad.

El Festival Arcu Atlánticu es la pequeña aportación de Foro al uso político de la cultura. Es un evento lúdico, malvestido de cultural, una mezcla sin sentido de gastronomía, con artesanía, con música, sin criterio ni razón de ser, en el que la cultura atlántica es utilizada interesadamente como reclamo turístico por quienes no se preocupan el resto del año de apoyar a quienes realmente contribuyen a la investigación de nuestro patrimonio material e inmaterial con un trabajo callado, riguroso y sincero. Este equipo de gobierno destina subvenciones para estas entidades con proyectos vinculados a la cultura tradicional y la llingua asturiana una exigua partida presupuestaria de 34.100 euros. Nada como las cifras para desmontar argumentaciones falaces.

Un detalle: en este mes y medio que ha pasado entre la primera y la segunda votación, la Concejala de Cultura se reunió con todos los grupos políticos del Ayuntamiento, excepto con el Grupo Municipal Socialista, a la sazón principal grupo de la oposición, por si a la señora López Moro se le escapa este detalle. Preguntada en la Junta Rectora sobre el porqué de esta exclusión, su vergonzante respuesta fue "porque si, porque así lo decidí". Éste es el nivel.

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