El Ayuntamiento de Gijón es cada año que pasa un propietario de bienes muebles e inmuebles más poderoso. Ya llega su patrimonio a casi los mil millones de euros, cantidad que convierte en irrisorio el exceso de gasto que conllevará un control superior de las finanzas municipales. Se ve que la primera institución local ha sabido a lo largo de su historia cuidar con mimo los bienes, lo que dice cosas buenas de la gestión histórica de las cuestiones públicas. Mil millones de euros es cantidad que servirá de aval para cualquier apuro crediticio que se le pueda plantear a la municipalidad en un futuro más o menos cercano. Gijón quizá pueda echarle una mano a Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, que pretende comprar el bajo del "banco expropiado" para dárselo a los okupas que se han levantado en armas en el barrio de Gracia y pacificar así la zona. Son curiosas las situaciones que se producen en las ciudades. Por tanto y por tan poco.
