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Carta al amigo ausente

El voto de quien sufre el envenenamiento del planeta

Ningún partido político ha defendido en esta campaña medidas medioambientales contundentes

Éramos muy jóvenes tú y yo cuando formábamos equipo en Europarnet para defender lo que ya entonces comenzaba a preocupar a los amantes de la naturaleza.

Recuerdo que nos sentíamos un poco desplazados ante los representantes de otros países europeos en la organización (no existía aún la Unión Europea), cuando tratábamos de la influencia que los efectos tecnológicos y medioambientales estaban ocasionando, sin que se pusiese remedio. Vivíamos en un momento en nuestro país en el que lo más importante que teníamos en nuestra mente era buscar el progreso, sin pensar en sus circunstancias. Sin embargo, nuestra estancia en ese congreso marcó un antes y un después en nuestra forma de pensar. Tú me lo has recordado muchas veces.

Pronto nos vimos arrollados por la realidad. Fueron unos acontecimientos que nos hicieron saltar de nuestro adormilamiento: Chernóbil en 1986. Posteriormente Fukushima en Japón en 2011. Anteriormente Hiroshima en 1945 ya había puesto en el disparador las alarmas de los desastres nucleares.

Yo ya tenía entonces una referencia para mi inquietud: La toma de posesión de Miguel Delibes en la Real Academia el 25 de mayo de 1975 con el discurso titulado "El sentido del Progreso". Reconozco que siempre he sido adicto a sus escritos, pero este discurso para mí, ha supuesto una guía para mi forma de vivir. Mi agradecimiento siempre está presente a este genio de la literatura y por supuesto al hombre más leal a la naturaleza.

"La industria se nutre de la naturaleza y la envenena" . ¿Qué visión especial tenía Delibes ya entonces? Ahora, tras el tiempo transcurrido, vemos cómo el ser humano se ha acostumbrado a vivir en un volcán voluntariamente, incluso encendiéndolo para acomodarse en la ladera de la montaña y dejarse arrastrar por la lava.

El poder del vil dinero y del estatus han creado una sed insaciable en las instituciones y en la jerarquía de mando, de tal forma que el ser humano de hoy en día usa y abusa de la naturaleza como si fuera el último habitante del planeta, de tal forma que no piensa en quienes le siguen en el futuro, si es que se consigue llegar a él.

El mismísimo Papa Francisco con su Encíclica "laudato Si" hace un llamamiento a la humanidad para que cuide el planeta ya que es palpable y visible el quejido permanente que está mostrando por la falta de cuidado. Esta encíclica, que aconsejo tener presente como lectura de cabecera, es realmente una advertencia a quienes hasta ahora no son consecuentes con su obra de destrucción y mal cuidado de nuestra gran morada.

La agresión de la naturaleza no tiene solamente responsables en quienes la golpean miserablemente con su obrar; es aún mayor la responsabilidad de quienes dirigen los destinos de los ciudadanos con sus normas y leyes, los cuales permiten con su negligente abandono la lesión del sistema, y más aún cuando con sus normas y leyes impiden que quienes pretenden corregir con nuevas tecnologías el daño que se está ocasionando con los métodos actuales de explotación de los recursos naturales, incorporen nuevas tecnologías no dañinas para el medioambiente, como son las energías renovables, impidiéndoles llevar a cabo un progreso limpio, incluso penalizando el uso de cuantos procedimientos pueden evitar el desastre medioambiental presente y futuro.

Estos poderosos gobernantes, con la única visión de sus puertas giratorias cuando cedan en sus cargos, no piensan en qué hará la humanidad cuando los yacimientos que nutren hoy en día las fuentes de energías se hayan agotado. ¿Es difícil imaginarlo? ¿Y la supervivencia de nuestra fauna y flora con los residuos industriales, vertidos petrolíferos y CO2 en la atmósfera? ¿Y el daño por enfermedades crónicas de los humanos, consecuencia del envenenamiento de la atmósfera?

Pues bien, a ningún partido político de los que quieren regir los destinos de nuestro país (ni viejos ni nuevos) le he visto priorizar y destacar en su programa lo que para nuestros sucesores y descendientes debe ser tan esencial como la supervivencia en este planeta agonizante. Solo tienen en cuenta su sillón inmediato y todo lo más su colocación a través de las puertas giratorias cuando, transcurrido su mandato, les asegure el pesebre que se han ganado con las concesiones a quienes son capaces de asegurarles su subsistencia al dejar el gobierno, sin pensar en el precio que por ello pagamos los ciudadanos.

Entonces querido amigo, visto mi dilema ¿a quién me aconsejas votar en las elecciones del próximo domingo?

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