Abierto el debate sobre la pertinencia de que sea fiesta local el día de San Pedro, 29 de junio, es preciso hacer una reflexión que, esencialmente, parta del sentido común.
Las festividades tradicionales en Gijón están marcadas por tres noches: la del Antroxu, la de San Xuan y la de los fuegos de Begoña. Las jornadas siguientes a la primera y la última son festivos oficiales, mientras San Xuan no a pesar de ser tan relevante como las otras dos y de estar tan consolidada dentro de las tradiciones locales que ni siquiera hace falta explayarse mucho al respecto. Las tres son celebraciones ciudadanas disfrutadas y apreciadas por la mayoría de gijonesas y gijoneses desde hace generaciones.
Tal y como Luis Miguel Piñera resume en el artículo "Fogueres y más fogueres", publicado en LA NUEVA ESPAÑA el 23 de junio del año pasado, el rito milenario de festejar el solsticio de verano ya se había convertido hace más de un siglo en fecha señalada dentro de las celebraciones populares anuales, algo que se ha mantenido ininterrumpidamente hasta la actualidad y que desde la década de 1980 es cita obligada como inicio de la programación festiva estival.
Aunque es lógica la importancia que para la parroquia de San Pedro tiene la celebración del día de su patrón, al igual que la tienen para el resto de parroquias urbanas y rurales los suyos, la realidad es que haberlo convertido en una festividad local no deja de resultar chocante dado el evidente contraste que supone ese festivo sin la utilidad que tendría cinco días antes. Como todo el mundo recuerda, hasta hace poco más de una década San Pedro no era festivo, ya que sí lo era San Miguel, por lo que su raigambre histórica reciente es anecdótica y carece, desde el punto de vista popular, de relevancia alguna.
No cabe duda de que la tradición de les fogueres es la tercera noche de mayor repercusión festiva en todo el concejo, por ello consignar el 24 de junio como fiesta local mejoraría las opciones de disfrute de esa cita mágica para toda la ciudadanía a la vez que consolidaría una fecha de importante actividad para la hostelería y, por tanto, para la economía local.
