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Rompamos los jarrones chinos

El interés de Felipe González por seguir imponiendo las normas dentro del PSOE

Los viejos jarrones chinos -o sus imitaciones de la Cartuja de Sevilla, aznareños de Talavera o rajoyanos de Sargadelos- o son para decorar o son para romper, F. G. dixit. F. G. se calificó a sí mismo como jarrón chino, de donde, F. G. "o es -sea Jarrón chino o de la Cartuja de Sevilla- para decorar o es para romper". Lo mismo el Jarrón del célebre guerrero don Aznar, el pacificador de Bagdad, el señor de la gran faz, cuya vida es todo un pectoral. Su señora, la Aznarina, vendió a bajo coste, y con pérdidas, la vida de hogar de miles de familias madrileñas, operación en la que, al parece y según dicen, de alguna forma intervino un su hijo... ¡Vaya family!

El esperpento Rajoy, imitación semihumana de un Jarrón sargadelo, que ha alcanzado la gloria de ser el peor y más denostado gobernante que ha dado el país entero en estos años de reino unido a duras penas, a pesar de estar en activo político, ya es Jarrón, y bien molesto, cosa no lograda por ninguno de los dos anteriores Jarrones... Zapatero no es Jarrón, sino todo un caballero de la Orden socialista del León Republicano.

¿Decora F. G. como Jarrón al PSOE que ayudó a renacer, cuando solo era un Isidoro de Sevilla, y en Suresnes fuera ungido, a falta de Nicolás, como joven señor del viejo PSOE? Para muchos, ya no decora, sino que es "enredo", quizá, como el Jesuita de Rubén Darío, el que daba al pueblo "acíbar envuelto en sabroso almíbar".

Dijo Tierno, ¿adivinando el futuro?: "Rockeros, el que no esté colocado, que se coloque... y al loro". Y todos, en cuanto dejaron sus grandes puestos en política, F. G., Blair, Aznar, Barroso y mil pequeños más, que a lo mejor usted y yo conocemos, corrieron a colocarse, no en el loro -que era gratis-, sino en los Consejos de Administración mejor pagados, o en puesto secundariamente cómo y bien retribuido.

F. G., en mayo de 1979, había renunciado al marxismo, y como no fue seguido, para presionar a los suyos, abandonó temporalmente la secretaría del partido en el que fue su primer desplante ideológico (segundo sería OTAN) para hacer del renacido PSOE, que se mostraba rojo, turbulento y "amedrentador", un partido serio, reflexivo y responsable, o sea "De la Clase de los de Gobierno, Capital y Orden" -cuando ya los 30 años dorados de la socialdemocracia no eran más que recuerdo en Europa, (¡siempre llegamos tarde a todas las citas históricas!)-, tal como le habían mandado hacer las más "Altas Instancias", desde las que, a seguido, informaron a Tierno, que con Llorente, Paco Bustelo, Castellano, etc..., intentaban formar una candidatura que salvara las esencias del partido viejo, que se bajara del Loro, "que tal candidatura, simplemente, No se Admitía". Y punto. Y así, el compañero F. G. dio el golpe de timón que condujo al PSOE a las aguas del centro... Hoy Pablo I., el II de su nombre, y sus compañeros de la toma de cielo "on the rocks", viven experiencia parecida, cuyos resultados veremos cuáles son, y en qué quedan...

En julio de 2016, 37 años después de aquel cambio de rumbo, F. G. intenta nuevo golpe de timón para conducir la barca del PSOE a las aguas más templadas del centro derecha-derecha europeo... que el antiguo centro de ayer hoy es peligroso babor. Más el viejo jarrón, sin el encanto, visualidad, alegría y credibilidad del joven Isidoro de Sevilla, ya no "impera", ni mueve los destinos del socialismo... Mueve, eso sí, a político/as del oficio, los eternos segundones: oscuros trepadores y chupatintas que de la idea, sea de izquierda o derecha, de abajo o de arriba, hacen profesión, vida y rico pastel.

En los que estamos, no son tiempos de palabras; la palabra razonada sin imagen fue cosa del tiempo de la radio naciente: Azaña, Melquíades y tantos otros; ahora, estamos en tiempo de imagen dominante, de gesto y moda, pero sin palabra razonada. Superficialidad, vende. Son los tiempos de productos Zara. Prendas de mucho usar y bajo coste... y tirar en el contenedor de Cáritas...

La culpa de lo que ocurre no es toda de los políticos banales y venales. También toca culpa, y no poca, a cierta ciudadanía frívola, consumidora y acrítica, que corre loca en busca de la píldora del "Mundo Feliz", de Huxley. Las elecciones, en lugar, de momentos de pedagogía y reflexión político-ciudadana, se han vuelto en objeto de rebajas... ¡de xaldos!

¿Terceras Rebajas, "xaldos", en los grandes almacenes "Rajoy", "Sánchez", "Iglesias", "Rivera"?

Mostrando en su escaparate los añicos de su jarrón chino, el PSOE daría prueba, aún doliéndole, de que conserva el recuerdo de su honorabilidad fundacional... y de sus aspiraciones máximas...

El PSOE puede, incluso puede que deba, romper su jarrón F. G., chino o de la Cartuja de Sevilla, pero no puede destrozar el partido fundado por Iglesias. Refundarlo, sí que se lo debe a su fundador.

Para no romper, el PSOE, no puede sostener, por activa o pasiva, a Rajoy en un nuevo Gobierno; sí que puede y debe exigir a los impopulares, si el reino no quiere terceras rebajas, que el falso sargadelo deje a un c... limpio, sea popular o independiente, su poltrona presidencial.

El sargadelo que toleró la corrupción, y hasta aconsejó "se fuerte" a su corrupto mayor; que hizo del ratón blanco presidente de un banco...; al que Sánchez y Rivera descalificaron, respectivamente, por "indecente" y por haber recibido más de 340.000 euros en sobresueldos ilegales..., no puede obtener nueva "confianza" para seguir al frente del Gobierno de España..., ni siquiera podría obtenerla, para ser su presidente, de los vecinos de la comunidad de propietarios de una casa cualquiera de la calle Rosalía de Castro de Pontevedra...

Él no ha ganado las elecciones; su partido ha concurrido, pero no las ha ganado "suficientemente", por tanto a ninguna primogenitura tiene que renunciar el Registrador, que debería ser bien registrado. Y si con su retirada no deja libre voluntariamente la vía a un acuerdo "regenerador", demostrará que su egoísmo lo tiene subido por encima de España, del honor y la vergüenza, dejando sin corona ni medalla a la mismísima Virgen del Quebranto, patrona celestial de las desaparecidas Cajas de Ahorro...

Quien toleró la suciedad; quien mal nombró ministros y colaboradores; quien no ha sufrido ni un solo "infarto" en estos años en que vivió con sus vergüenzas expuestas a los ojos de la Nación y de Europa no merece ni puede seguir gobernando. Ni, por defenderse y seguir ocultando lo que aún no emergido, puede llevarnos a las terceras rebajas... Romper el sargadelo es necesario. Como lo es romper el cartujano y el talaverino...

Buscar quién de "la banda organizada", Fernando Castro dixit, vuelva a hacer un partido político honorable y europeo no es traición a los principios; es tarea urgente y necesaria para garantizar la estabilidad democrática del reino...

¡Qué pena de una buena República!... (que no merecemos); ¡cuánto más vale que un mal reino...!

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