A finales de agosto, metidos de lleno en el récord de escanciado, en las apuestas del Hípico y en algún asunto de mayor cuantía más, a la ciudad le vendrá bien ir preparando la agenda para el 18 de diciembre. Den por hecho que el ciudadano, y la ciudadana, faltaría más, va a ser llamado a votar por tercera vez en un año, que es costumbre que se nos va metiendo por entre los manteles de cada comida familiar, sea en domicilio o en establecimiento del ramo. Don Mariano y don Albert se hallan inmersos en la negociación de la investidura, del Gobierno o de lo que toque en esta hora, que en la siguiente cambiará, pero ya nos han avisado de que se va a arreglar el desastre de tener que votar el día de Navidad y se va a adelantar una semana, o sea, al 18-D. Hay que preparar la agenda no sea que nos pille el toro por algún lado. La ciudad tiene que ponerse a cuadrar las necesidades y obligaciones para poder ir a votar. Como está mandado.