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Crítica / Arte

Cuatro artistas "En silencio"

Herminio, Pablo Armesto, Izaskum Escandón y Lisardo inducen a la reflexión conceptual en una muestra conjunta

Los cuatro artistas son Herminio, Pablo Armesto, Izaskum Escandón y Lisardo. Obras contenidas, serenas y sencillas, nada estentóreas ni vocingleras, que inducen a reflexión y remiten al arte conceptual y minimalista. De ahí el título general de eta colectiva: en silencio.

Como dice Rubén Suárez, Herminio Álvarez (La Caridad, 1945) es un artista de temprana vocación y tardía dedicación. Temprana vocación porque desde niño vio cómo un tío suyo ferreru en La Caridad, estaba empeñado en conseguir el movimiento continuo. Casó muy joven con Dulce María y fue dueño de un supermercado. Un día visitó su casa Jesús Villa Pastur y tras mucho mirar y poco hablar le dio una tarjeta del taller de Humberto en Oviedo. Y tardía dedicación, porque su primera exposición sucedió en 1992, a los 47 años de su edad, en Casas de la Cultura de su entorno, como La Caridad, Navia y Tapia de Casariego. Y allí sigue exponiendo todavía, a pesar de haber adquirido fama internacional que le ha llevado a París, Nueva York , Miami y Tokio, allí vive y tiene su taller, pues no quiere privar de su arte a sus paisanos.

Los temas de Herminio son el equilibrio, la gravedad y las fuerzas ocultas o invisibles. Empezó realizando piezas en madera de gran tamaño, que se sostenían en equilibrio inverosímil debido a la inclusión en su interior de núcleos de hierro u otros materiales pesados. En seguida ofreció cajas con imanes ocultos, que sostenían en el aire hilos de hierro, sacados de los estropajos metálicos que se usan para fregar. Estos hilos dibujaban en el aire figuras de mujer y temas del campo asturiano. De ahí pasó a elegantes piezas lacadas sobre chapa DM, una fija y otra móvil, que mutuamente interactúan mediante imanes. Porque además de la atracción, la pieza en sí misma ha de ser bella. Es la primera vez en la historia del mundo que un escultor utiliza para hacer arte una de las grandes energías de la materia, como es la energía electromagnética. Al día de hoy, nuestros niños manipulan juguetes de piezas magnéticas. Me cuenta Herminio que sus piezas magnéticas aguantaron un terremoto de gran intensidad en Japón cuando expuso en la Galería Sudoh de Tokio en 2006.

En la Galería de Aurora tenemos tres piezas de Herminio producidas este año: una de grandes tablas ("R-18") lacadas en rojo que se adueñan del espacio circundante, otra circular en blanco y rojo, con sombras incorporadas ("R-16)"), y una tercera ("R-11") lacada en rojo, de menor tamaño. Tenemos en Asturias tres obras públicas de Herminio: una en El Rinconín de Gijón (2001), otra en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo (2001) y una tercera ("Rotura en el espacio", 2006) en la Senda de los 12 puentes de Vegadeo, puente de Reguera.

Pablo Armesto (Schaffhausen. Suiza, 1970) entró en la internacional Galería Marlborough hace cinco años. Tiene obra en el Parque Escultórico de Candás y en los jardines del Museo Evaristo Valle de Gijón. Le pregunto cómo ha influido en su trayectoria artística la entrada en Marlborough y me dice que tanto los clientes, como los compañeros artistas como la propia galería, le obligan a producir obra de excelente nivel. La galería ha expuesto obra suya en Madrid y Barcelona, pronto lo hará en Bruselas y aspira a una individual en Nueva York donde ya hay alguna de sus obras. Últimamente trabaja Pablo Armesto con la luz. En Aurora tenemos cuatro obras suyas, tituladas "Límite en blanco", "Límite en negro", "Estrella 127" y "Solar". Sorprenderá al espectador ver que tales obras llevan un cable con enchufe eléctrico. Son trabajos con últimas tecnologías, a base de lámparas leds y fibra óptica. Pablo Armesto dibuja con la luz. ¿Cómo consigue que un mismo hilo de fibra óptica esté en unas partes apagado y en otras encendido? Pues lijando suavemente las partes que van a quedar sin luz. Las obras de Pablo Armesto combinan madera, metales lacados, lámparas leds y fibra óptica, transmisora de luz y datos.

Lisardo Menéndez Minas (Mieres, 1960) presenta en Aurora tres obras sin título: dos pinturas al acrílico sobre lienzo y una escultura de hierro sobre pedestal de escayola. Blanco, negro y rojo alternan en las geometrías de los acrílicos. El blanco construido, que tiene debajo líneas y matices según la luz y la agudeza y serenidad de la mirada contemplativa. El negro que dibuja geometrías quebradas que provocan sensación de movimiento. Y el rojo en pequeñas estrellas como flores en el desierto blanco. Cuando en nuestra sociedad la persona, palabra que deriva de la máscara (prósopon: delante de la cara) de los actores del teatro griego, se diluye en el grupo, es necesario el arte para que hable el ser en sí mismo, el yo profundo y no aparente. La escultura, monocroma en hierro negro, muestra lo difícil que resulta escapar del grupo y de la técnica. La única manera es deslizarse hacia el desierto, la nada que resume el todo, deslizarse bajando por el pedestal de escayola, que tiene la misma forma que la escultura.

En cuanto a Izaskum Escandón Esteban (Bilbao, 1973), digamos que tiene extraordinaria formación, adquirida en las universidades de Westminster (Londres) y complutense (Madrid), además de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. En los carteles de sus tres obras presentes en Aurora se puede leer: "impresión digital en vinilo sobre metacrilato", breve frase que resume un largo proceso creativo. Una imagen impresa en lámina de vinilo o PVC transparente se pega sobre metacrilato de escaso grosor y se mete un tiempo al horno a 300 ºC. Sale de allí derretida como chicle y es el momento de moldearla con guantes y vestido apropiado para no quemarse. La pieza final se identifica con cuatro números que corresponden al vídeo rodado por la artista con su móvil, seguidos de la hora, minutos, segundos y fotogramas del mismo video. O sea, que Izaskum hace videoarte y ya los pioneros de los años 60 y 70 (John Cage, Bill Viola, Goerge Maciunas, Wolf Vestell, etc) pronosticaron que imágenes y sonidos terminarían fusionándose en un mismo aparato, dotado de pequeña pantalla de televisión. Una vez descubierta y probada la nueva técnica, lo importante ahora es que Izaskum logre convertir estos vinilos sobre metacrilato en obras de arte, armoniosas en luces y colores. El taller de Izaskum se encuentra en Gijón, en la empresa de su padre, Alfredo Escandón.

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