"Ningún viento es favorable para el que no sabe a qué puerto va". Esta conocida cita de Séneca, muy apropiada para una ciudad de tradición marinera como Gijón, ilustra qué es y para qué sirve un Plan Estratégico de Ciudad. Se trata de una guía con la que, a partir de un diagnóstico más o menos certero de la situación en la que nos encontramos, definir y establecer los objetivos que como ciudad podemos lograr y a dónde queremos llegar.
El pasado 17 de mayo la Junta de Gobierno Local dio su aprobación al Plan Estratégico de Gijón 2016 - 2026. Por detrás quedaba todo un trabajo colectivo de entidades y vecinos en numerosas sesiones de trabajo. Un proceso participativo de más de dos años sobre el que no tenemos nada que objetar.
Pero un Plan Estratégico como éste, con verdadera vocación de perdurar y de marcar la senda que Gijón debe seguir, debería contar con el mayor consenso social y político. No parece suficiente con que el Gobierno municipal le haya dado su visto bueno. Precisamente, su intención inicial era la de apropiarse del consenso social a través de su ratificación por parte del Consejo Social de la ciudad. Pretendía que este Consejo, principal órgano consultivo de Gijón, lo avalara sin ni siquiera darle la posibilidad de realizar alguna modificación o apreciación del contenido del mismo. Solo decir sí o no.
Finalmente, y tras las discrepancias manifestadas por varios miembros del Consejo, el Gobierno decidió que ya no era importante contar con el aval del Consejo Social y en una decisión muy cuestionable consideró que era suficiente darle por informado. Ante esta situación y con el propósito de buscar un consenso social en un asunto que consideramos muy importante, desde Ciudadanos propusimos en el Pleno que el Consejo Social elaborase un informe sobre el Plan Estratégico. Además, solicitamos que las conclusiones de este informe fueran valoradas e incorporadas al Plan.
Curiosamente, esta propuesta sólo recibió la oposición de los concejales de Foro. Aquellos que enarbolan la bandera del diálogo y del consenso en los asuntos relevantes de Gijón no querían que el Consejo Social pudiera pronunciarse sobre este Plan. No sabemos si porque consideran la estrategia de la ciudad como un asunto poco importante, no merecedor de acuerdo alguno, o simplemente porque quieren arrogarse la competencia exclusiva de decidir el futuro de la ciudad.
En todo caso, gracias a la aprobación de la propuesta de Ciudadanos, la Alcaldesa ha rectificado y se ha abierto un proceso participativo en el seno del Consejo Social de la Ciudad. Ahora todos los miembros de este organismo tendremos la responsabilidad de diseñar conjuntamente nuestro futuro como ciudad. Entre todos, marcaremos el rumbo a seguir y decidiremos qué vientos son los más favorables durante los próximos diez años.
Pero además de este consenso social, creemos que es necesario conseguir un acuerdo político. Sólo así se garantizará su vigencia con independencia de quién gobierne y nos aseguraremos del cumplimiento de los objetivos que entre todos habremos marcado. Por eso es necesario someterlo a debate y votación en el Pleno del Ayuntamiento, órgano de máxima representación política de los gijoneses. La inmensa mayoría de ciudades que cuentan con una planificación de estas características así lo han hecho. Sólo así podremos conseguir un Plan que resulte un instrumento verdaderamente útil en la difícil pero siempre apasionante travesía de Gijón por el siglo XXI.
