Sigue coleando la trampa de las subvenciones municipales para la rehabilitación de fachadas. La subvención es, sin duda, una gran ayuda para la realización de las obras de mejora que necesitan tantos edificios en Gijón. Pero una vez finalizada la obra, aparece Hacienda reclamando el cuarenta por ciento de la ayuda municipal por incremento del patrimonio del propietario del piso. Un rejón de muerte porque nadie se cree que por rehabilitar una fachada, un piso o una vivienda va a aumentar en un cuarenta por ciento su valor, pero Hacienda mira para el cielo y silba. Si usted ha recibido, por poner un ejemplo, diez mil euros de subvención, ha de preparar cuatro mil para las arcas que controla el callado Montoro. Hay casos sangrantes en la historia de la rehabilitación gijonesa, que está dando aire a la construcción, pero que ha agarrado por el cuello a propietarios modestos que ahora se ven agobiados por unas deudas inesperadas.
