A la espera de la llegada de las lluvias y el frío, que se anuncian para hoy por la tarde, bastantes ciudades españolas sufren las consecuencias de la sequía, que se traducen en una alta contaminación. En Asturias, Avilés parece ser la ciudad con más problemas; otra veces ha sido Gijón la que sufría la dichosa "boina" que ha alarmado a Madrid, cuyo Ayuntamiento ha dado nuevas muestras de desconcierto a cuenta de la restricción de la circulación de vehículos. La busca del aire puro, con o sin contaminación, es una aspiración ciudadana que nunca ha de ser olvidada. La mejoría en ese aspecto es indudable, aunque haya episodios como el presente que devuelven al primer plano el problema. No todo se tiene que resolver con la llegada de las borrascas atlánticas y las lluvias que traen con ellas. El aire puro ha ser un hecho natural, incluso en las ciudades que acogen en sus cercanías industrias pesadas con las consecuencias conocidas.
