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Presidente del Partido Popular de Gijón

No es el camino

Dos años de falta de iniciativa y liderazgo en el Ayuntamiento

Al comienzo de este mandato se señalaba como principales retos desbloquear el urbanismo gijonés e impulsar las políticas sociales. Llegados al ecuador del mismo nos encontramos con que la ciudad sigue careciendo de un nuevo PGO que favorezca su desarrollo económico, y, lo que es peor, sobre el actual documento en curso se dibujan todo tipo de dudas ante la falta de garantías jurídicas. La situación no mejora si miramos hacia la Fundación Municipal de Servicios Sociales, atascada en la tramitación de ayudas y camino de su colapso con la puesta en marcha de la nueva renta social municipal. Por no hablar de la incapacidad del gobierno local para ejecutar su propio presupuesto, dejando sin gastar 54 millones de euros durante el pasado ejercicio, lo que ha reducido la inversión real a cotas inaceptablemente bajas. Un ejemplo paradigmático de la falta de iniciativa y liderazgo que se ha instalado en el consistorio gijonés.

Porque la realidad es que el gobierno local carece de la más elemental orientación política, vive en el cortoplacismo más absoluto y es incapaz de dar respuesta incluso a los problemas menores. Y, evidentemente, de quien no gestiona con solvencia el día a día de la administración local, no se puede esperar, como sería deseable, que tenga visión y proyectos a largo plazo ni que diseñe estrategias para el Gijón del futuro.

Nada de esto imaginábamos cuando en junio de 2015, partiendo de las supuestas coincidencias programáticas de ambos partidos, ofrecimos a Foro nuestra colaboración y nuestros votos. Esperábamos un gobierno que tuviera como principal objetivo dinamizar la economía local para evitar que la ciudad se viera relegada al vagón de cola de la recuperación, un gobierno que redujese la carga impositiva, apostase decididamente por el emprendimiento y la innovación, limitara el peso del sector público y dejara de dilapidar recursos en políticas caducas, heredadas de los socialistas, como los planes de empleo municipales.

Pero la Alcaldesa, arrojada en los brazos de la aritmética plenaria, ha preferido firmar un cheque en blanco a Xixón Si Puede para alejar el fantasma de una posible moción de censura de los grupos de la izquierda. Y como resultado de las imposiciones populistas de sus socios, la acción del gobierno municipal se desliza cada vez más hacia las viejas e ineficaces políticas del asistencialismo y la cultura de la subvención, plagadas de intervencionismo administrativo y despilfarrador gasto público. Y ese no es el camino para mejorar la calidad de vida de los gijoneses. Urge cambiar el rumbo y dar soluciones distintas acordes con los nuevos tiempos.

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