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Cataluña, como Yernes y Tameza

Las dos partes en litigio en el asunto catalán están llamadas a reflexionar

En el escudo heráldico de Yermes y Tameza figuran dos toros embistiéndose mutuamente.Cuenta la leyenda que no poniéndose de acuerdo en sus lindes con el vecino concejo de Proaza, decidieron, unos y otros, elegir sus mejores toros, colocarlos en el centro de la zona en litigio y marcar los linderos allí donde los morlacos estuvieran al caer la tarde.

No se si Rajoy conoce la historia de Yernes y Tameza, pero en lo relativo a Cataluña, no ha tomado otra determinación que la de embestir todo lo que se mueve. Nadie ha contribuido tanto al crecimiento de los independentistas como Rajoy y su gente, con las decisiones tomadas desde que llevaron el Estatuto Catalán al Constitucional hasta hoy. Invito a quienes no recuerden el tema a revisar las hemerotecas y comprobar que entre treinta y cuarenta artículos del estatuto catalán recurridos por el Partido Popular fueron aprobados por el mismo partido, sin ningún reparo, en los estatutos balear y andaluz.

Tampoco se puede salvar a la otra parte. La autodeterminación es un derecho inherente de los pueblos. El referéndum es la herramienta que una democracia consolidada tiene para saber lo que un pueblo desea. En el Reino Unido tenemos dos ejemplos recientes en los que mirar y aprender. El problema es que los catalanistas le han pegado una patada en todos los bajos al referéndum y con él a la democracia. Esto que quieren celebrar no resiste ni el mas ligero análisis democrático. Da la impresión de que la investigación sobre el 3%, pese a que ya casi no se habla de ella, es el combustible que alimenta esta carrera hacia la nada que han emprendido los catalanistas. El 3% por una parte y la necesidad de la otra parte de presentar a la derecha mas radical, un acto comparable a la desaparición de ETA que en su día se les escapó pese a la voluntad negociadora con el "Movimiento de Liberación Vasco" de uno de los de Las Azores.

No deja de ser curioso, la actitud de Rajoy engorda a los catalanistas al mismo tiempo que la actuación de éstos, da argumentos a quienes se oponen al referéndum. A los protagonistas de esta historia parecen pesarles más los intereses personales y de partido que los generales. No es nada nuevo, es la tónica de los grandes partidos desde hace muchos años.

Es difícil predecir como va a terminar esto, la irracionalidad que rige este proceso impide saber por donde van a ir los tiros, cuando dos toros se embisten, el resultado puede ser cualquiera, hasta que ambos queden fuera de combate.

Lo que si parece cada vez mas claro es que sólo un referéndum de autodeterminación, aprobado y convocado por las dos partes, con todas las garantía legales y sobre todo con una campaña de información que deje claros todos los aspectos del referéndum y sus consecuencias en el devenir de Cataluña y de España, tanto con el triunfo de una opción como de la otra, puede poner fin a esta situación de forma definitiva. Cualquier otra solución será un parche, pan para hoy y hambre para mañana, con el agravante de que cuando mas se demore una solución, mas se radicalizarán las posturas.

Y que no nos engañen, defender la autodeterminación es una cosa y defender la independencia es otra. Uno puede, tranquilamente, pedir un referéndum de autodeterminación y luego votar en contra de la secesión. Son dos cosas distintas, por mucho que quieran confundirnos.

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