La nube negra que cubrió Asturias en la mañana de ayer y que retrasó el amanecer en Gijón y en otras muchas zonas de la región puede que sea el efecto menor de la ola de incendios forestales provocados por unos criminales tanto en Galicia, como en León como en la misma Asturias. Por no hablar de las tragedias continuas en Portugal. La ola de incendios ha salido de una sincronización que las autoridades habrán de resolver. El amanecer de ayer en Gijón se retasó como si un brutal cambio de hora hubiera sido decidido por no sabe quién. En el centro de Asturias, por ejemplo en Oviedo, eran las nueve y media de la mañana y el cielo seguía negro. Un fenómeno paranormal si no se supieran las causas que lo han provocado. Como han provocado el pánico en el Occidente y las enormes molestias a ciudadanos afectados por problemas respiratorios que han de pagar los daños de los criminales.
