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Lo que dice el pacto internacional de derechos civiles

El problema catalán no se resuelve con planteamientos enquistados ni con demostraciones de fuerza

Hay un informe encargado por la ONU a Alfred de Zayas en el que se critica con dureza la decisión del gobierno español de suprimir la autonomía catalana. Como pasa con otros informes, podemos estar más o menos de acuerdo con lo que en él se dice, pero los artículos que cita del pacto internacional de derechos civiles son incuestionables.

Cita entre otros el artículo 1 de dicho pacto, que dice textualmente: "Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural".

Cita también los artículos de la Constitución española en los que se indica que los tratados internacionales constituyen la ley del territorio y, por lo tanto, la ley española debe interpretarse de conformidad con los tratados internacionales. España firmó este tratado en 1976 que fue cuando entró en vigor.

Unos y otros han convertido el "tema catalán" en un esperpento, en el que abundan los ruidos y escasea el razonamiento. El problema con Cataluña no comenzó el 7 de setiembre, viene de mucho antes. Como decía en mi anterior artículo, comenzó cuando el Partido Popular recurrió en el Tribunal Constitucional una serie de artículos del Estatuto catalán que figuran en otros estatutos que se aprobaron con el beneplácito de los populares.

Lo que comenzó el 7 de setiembre fue en realidad un enfrentamiento entre los representantes de los posiblemente dos partidos más corruptos de España. Demasiada corrupción tras el Partido Popular y los sucesores de Convergencia para no pensar que detrás de la cuestión política se esconden otros intereses en los que el pueblo español y el catalán son lo que menos importa.

Ahora, tras la demostración de fuerza de ambas partes, tenemos unas elecciones que no se van a celebrar en el ambiente más apropiado. Las mentiras, los datos falsos, la abundancia de informaciones tendenciosas y sobre todo la exacerbación de los sentimientos más radicales, no son un buen escenario para celebrar unas elecciones. Decidir entre "¡España, España, España! " o "Catalonia is not Spain" no es la mejor solución para el problema. No es la solución.

Mientras los ruidos que venían de Cataluña lo cubrían todo, el juicio de la Gürtel ha ido avanzando sin que apenas aparecieran en las noticias los datos que se iban conociendo. Del 3% ya casi nadie habla. En el informe al que me refería al principio se dice textualmente:"El derecho a la libre determinación es un derecho de los pueblos y no una prerrogativa de los Estados a otorgar o denegar. En caso de conflicto entre el principio de integridad territorial y el derecho humano a la autodeterminación, es el último el que prevalece".

El problema ahora es, como decía antes, que el escenario al que nos han llevado los protagonistas de este asunto no es el más adecuado para decidir libremente. El problema es que Rajoy ha multiplicado el número de independentistas en la misma medida que los independentistas han multiplicado el número de españolistas. Si somos capaces de quitar del medio a unos y otros, si somos capaces de que el tema se discuta sin segundas intenciones, sin intereses personales, habremos emprendido una travesía con muchas posibilidades de llegar a buen puerto. Desgraciadamente, los intereses económicos que están en juego me hacen ser pesimista. Y termino reiterando otra vez que defender la celebración del referéndum no te convierte en independentista.

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