Las cuentas están echadas: treinta obras previstas en Gijón para el año en curso van a quedar pendientes de realización porque estamos a finales del mes once y no habrá tiempo material para llevarlas a cabo. Treinta fallos como treinta flores por falta de suelo, problemas técnicos o la necesidad de pactos institucionales. Algunas de las obras pendientes parecen más urgentes que otras, como es ley de vida, pero a los beneficiados por ellas todas les parecerán importantes y urgentes. A las mujeres que sueñan con jugar al fútbol en las cercanías de Ceares les parecerá que el campo de fútbol prometido lleva un retraso inadmisible. Y qué decir de las escuelas infantiles, alguna descartada no se sabe muy bien por qué como si la educación fuera asunto menor. O sea, que Gijón tiene casi a final de año una larga lista de proyectos por poner en marcha aunque los treinta fallos van a seguir ahí, siendo una lista.
