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Tabarnia: réplica irónica contra el secesionismo catalán

Lo que parecía una broma tiene un significativo respaldo

Cuando el pasado 28 de Diciembre oí por vez primera el término de Tabarnia, creí que se trataba de una broma propia de los Santos Inocentes. No obstante, luego descubrí que el origen de Tabarnia se remonta al año 2012,con la creación y aprobación estatutaria de la organización "Barcelona is not Catalonia"; cuyo objetivo eraconstituir una nueva Comunidad Autónoma que recuperara la soberanía histórica del Condado de Barcelona y que rechazara el Procés independentista para permanecer en España.

Posteriormente, tras los resultados de las elecciones autonómicas del 21-D, miembros de "Societat Civil Catalana" se han unido a Tabarnia con idéntico discurso contrario al independentismo. De este modo, Tabarnia abarca un territorio de Catalunya que, en su mayoría, corresponde al área metropolitana de Barcelona y sus comarcas limítrofes (El Llobregat, Penedés, Vallés y Maresme); alcanzando también a parte de la provincia de Tarragona (el Tarragonés y Baix Camp) y abarcando una población global superior a 5 millones de catalanes que, el 21-D, optaron mayormente por el voto constitucionalista de Ciutadans, PSC, PP y Podem. Consiguientemente, cuando Puigdemont reivindica la condición de President de la Generalitat en el exilio, ignoracon gran cinismo que solo representa a menos de la mitad de catalanes.

En efecto, en estas elecciones autonómicas, el bloque constitucionalista había vencido en las provincias de Barcelona y Tarragona con una diferencia superior a cinco puntos respecto al bloque independentista; mientras que en las provincias de Lleida y Girona el secesionismo venció ampliamente, aunque en un territorio con inferior densidad de población (dos millones de habitantes) y más propio de la Catalunya rural, con menor desarrollo industrial y peor renta per cápita que Tabarnia.

Desde una óptica social, Tabarnia es un territorio de mentalidad abierta, bilingüe y de intensos vínculos comerciales con el resto de España que, según la actual ley electoral, sufre una discriminación con las comarcas independentistas: Así pues, mientras en la provincia de Barcelona se requieren 46.000 votos para que un partido político obtenga un escaño en el Parlament, en la provincia de Lleida bastan 20.000 votos.

Esta discriminación también repercute al terreno fiscal, puesla provincia de Barcelona paga a la Generalitat un 32% más de lo que recibe para beneficio de las demás; lo cual justificaría queTabarnia mostrara un discurso idéntico al utilizado por el secesionismo frente al Gobierno central.

Desde un punto de vista jurídico, la creación de Tabarnia es viable puesto que nuestra Constitución (artículos 143,144 y 151) contempla la creación de nuevas comunidades autónomas si lo solicita la Diputación del territorio junto la mayoría de sus municipios ylo aprueban las Cortes (Congreso, Senado). Por ello, lo que inicialmente parecíauna simple ocurrencia del sector constitucionalista catalán, actualmenteestá adquiriendo una popularidad inesperada; motivo por el que se ha convocado una manifestación en la plaça Sant Jaume de Barcelona para reivindicar Tabarnia frente a la insensata deriva secesionista; con dos políticos que pueden pretender gobernar por videoconferencia, al estar actualmente uno huido de la Justicia española y el otro en prisión preventiva; hechos increíblemente insólitos en Democracia.

Acto seguido, surge otra cuestión sobre esa hipotética comunidad autónoma: ¿Resultaría más acertado denominarla Bartania, en lugar de Tabarnia? Probablemente sí, dado que dicha iniciativa política reivindica la recuperación del antiguo Condado de Barcelonay porque su eje socio-económico se ubicaría en comarcas de la provincia de Barcelona.

En definitiva, sería deseable que Tabarnia quedara como mera anécdota protagonizada por la ciudadanía catalana "unionista" en su réplica a la deriva independentista de ERC, Junts per Catalunya y la CUP; confiando que la mayoría de estos votantes secesionistas sean reconducidos al orden constitucional. Dicho objetivo solo parece factible mediante una reforma de nuestra Carta Magna que admita la transición a un Estado Federal, capaz de mantener la unidad y solidaridad entre españoles.

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